“Primeramente quiero pedir disculpas a la masa social del Sabadell por el ruido que ha habido estos últimos días. Nos sentimos traicionados por algunos miembros de esta junta directiva y el señor Sakamoto ha estado influenciado por malas personas”. Estas han sido las primeras palabras de Soteras en la rueda de prensa de este mediodía, donde el presidente arlequinado ha tenido recados para casi todos. 

Soteras ha señalado como traidores al representante de Sakamoto, Masato Horita, al consejero del grupo japonés Antonio Salguero, y al empresario sabadellense Domingo Lozano, que hizo de intermediario en la compra del Sabadell.

Desacuerdos, mentiras y traiciones. Todo parece un argumento típico de un culebrón venezolano, pero no, es el culebrón del Sabadell. Joan Soteras ha querido dejar el consejo de administración del Sabadell disparando contra todo el que quiera ir en contra suya, lícito, pero no demasiado conveniente en estos momentos: “El señor Sakamoto volará en la próximas horas hacia España y nos reuniremos este próximo lunes o martes como mucho. Tiene que haber un giro total para que no nos vayamos. Nosotros tenemos nuestras exigencias y lo que no vamos a hacer es ceder en cosas que no creemos correctas como que impongan un entrenador japonés”.

El caso es que el máximo inversor japonés, Keisuke Sakamoto, quería imponer un entrenador y un director deportivo nipón, además de no estar contento con la gestión de la actual junta. Lo más importante es que parece que el mandato del que ha sido durante siete años máximo mandatario del Sabadell llega a su fin.

Según ha dicho el propio Soteras, el lunes habrá una reunión con Sakamoto para aclarar todo y, muy probablemente, acaben dimitiendo presidente y junta directiva: “Sakamoto nos mintió hace dos semanas cuando dijimos que no había problemas. A nosotros nos dijo una cosa y luego por detrás decía otras. Espero que un tránsfuga como Arroyos no entre de nuevo en el club, recuerdo que bajo su mandato el equipo bajó a tercera división”.

Ahora el Sabadell se encuentra en medio de una guerra civil por el poder del club, sin entrenador y sin saber qué pasará en el futuro más próximo. Toda esta historia empaña la buena trayectoria del club, que parece haberse asentado en el fútbol profesional y estaba haciendo las cosas bien.

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