Saltaron todas las alarmas cuando el pasado sábado frente al Real Club Deportivo Mallorca en El Alcoraz, el atacante gaditano Álvaro Vadillo pedía el cambio a los doce minutos de partido y se marchaba por su propio pie a vestuarios aquejado de unas molestias en la rodilla. El desalentador historial que el jugador de la Sociedad Deportiva Huesca tiene con las lesiones en dicha articulación hizo imaginar lo peor, máxime cuando el primer diagnóstico evidenciaba una anomalía que le motivó a visitar a su doctor de confianza para valorar la gravedad del traumatismo.

Vadillo no estuvo presente en las primeras sesiones de la semana, centradas en comenzar a preparar la visita dominical al Club Deportivo Mirandés, lo que probablemente le acarree tener que ser suplente o directamente no viajar a Miranda de Ebro para completar su rehabilitación ya que las pruebas médicas realizadas descartan una lesión grave y únicamente el "derrame sinovial post-traumático" es la menor de las consecuencias posibles para alivio de todos.

Las variables tácticas que la plantilla le brinda a Juan Antonio Albacete Anquela para sustituir en la pizarra al extremo de Puerto Real son varias. Si el míster jienense no quisiera variar su esquema y propusiera seguir apostando por el 4-2-3-1, la opción de David López parece que gana enteros y así reflotaría a un jugador que ha pasado a segundo plano y apenas está disfrutando de oportunidades debido al gran estado de forma de sus compañeros y que ya demostró su cualidades como atacante de banda durante su paso por el Club Atlético Osasuna y el Athletic Club de Bilbao.

También cabe la posibilidad de que para afrontar la visita al Estadio Municipal de Anduva, el veterano técnico desempolve el 4-3-3, recuperando un trivote que aseguraría el centro del campo y permitiría el regreso al once de un Lluís Sastre que también ha sido condenado al ostracismo a causa del excepcional rendimiento que ofrecen tanto el sistema clásico como sus compañeros en el puesto.