El partido de este fin de semana entre Sociedad Deportiva Huesca y Club Deportivo Mirandés en el Estadio Municipal de Anduva permitirá el reencuentro de Carlos Lázaro con el que fue club durante dos temporadas (2011-13) en calidad de cedido. Este centrocampista vallisoletano suele desenvolverse en la posición de pivote defensivo y una de sus habilidades es el corte de embestidas rivales que amenazan con intimidar a la retaguardia, afianzado con sus casi ciento ochenta centímetros que no le hacen destacar en el juego aéreo.
Como jugador azulgrana firmó treinta y cuatro partidos en Segunda División y abandonó la entidad cuando el club altoaragonés certificó en Huelva su descenso al fútbol de bronce. Cabe destacar que el único gol que ha sido capaz de marcar durante los últimos seis años fue con la entidad altoaragonesa en Lugo, con el contribuyó a la victoria final (2-4). Regresó a Valladolid, donde tras un año inédito llegó al Deportivo Alavés para jugar trece partidos.
Tras sus fugaces estancias buscó asentarse en Miranda de Ebro, donde firmó para las siguientes dos temporadas procedente del Real Valladolid en el verano de 2015 después de haber estado una temporada en Segunda División B como jugador del Hércules Club de Fútbol. En su primera campaña como jugador rojillo llegó a disputar dieciséis partido de liga siendo titular únicamente en tres de ellos.
Esta temporada lleva camino de finalizarla en blanco, puesto que hasta la fecha no ha disputado ningún minuto porque ni siquiera ha sido convocado para ningún partido en lo que llevamos de curso. Ni la llegada de De los Mozos tras la destitución de Carlos Terrazas mejoró su situación en la entidad burgalesa, que recibe este domingo al Huesca con la necesidad de puntuar para intentar abandonar el último puesto de la clasificación. Mucho antes de dejar el club, el anterior técnico rojillo le comunicó que no entraba en sus planes y que estaba en la lista de transferibles.