El entrenador de la Sociedad Deportiva Huesca atendía a los medios de comunicación el pasado viernes para hablar con la prensa antes del recibimiento al equipo de Vallecas en El Alcoraz. Diez días han separado a la cita pasada en Asturias de la próxima en casa. El míster azulgrana afirmaba que la semana “ha sido muy larga y atípica", reconociendo resignado que "el calendario está así" y ahora "tenemos que adaptarnos a él y vamos a ver si llegamos de la mejor manera posible al partido".

El técnico jienense no podrá contar en esta ocasión con Aguilera y Melero, que estarán cumpliendo un partido de sanción tras cumplir ciclo de amonestaciones en Oviedo. "Siento impotencia porque el fútbol no está en manos de la gente del fútbol", comentaba un Anquela que la tarjeta sobre Juan afirmaba: "No me hace falta ver la repetición; me parece totalmente injusta".

"Quedan siete partidos y es un mundo”

Centrándose en el Rayo Vallecano, próximo rival a batir, el preparador andaluz recordaba que “el año pasado estaban en Primera División y la inmensa mayoría de sus futbolistas han jugado allí", reconociendo también que "tiene una plantilla hecha por y para subir", avisando de que "tienen gente que son capaces de decidir un partido, la delantera es de superior categoría y ahora viene en su mejor momento de la temporada".

Hablando de su propio vestuario, Anquela desveló que sus chicos "hasta el día de hoy no han dado ningún síntoma de debilidad" aunque el equipo "ha pasado momentos malos en los que no hemos jugado bien", pero han estado "fuertes de moral". Dijo rotundamente que "el rival del Huesca es la Segunda División" porque "es muy exigente“. Queda por recorrer el final del camino, la etapa más compleja que a su vez puede ser la más bonita. En palabras del técnico: "Ahora viene la hora de la verdad, quedan siete partidos y es un mundo”.