La Sociedad Deportiva Huesca ha vivido una semana intensa y anómala. Anquela expulsaba a Vinícius Araújo de un entrenamiento tras una acalorada discusión y las continuas evasivas en torno a su renovación han creado un caldo de cultivo nada propicio para un club que debería estar disfrutando un momento único. Ante los medios de comunicación insistió en su mensaje: “Llevo todo el año diciendo la misma historia  y todavía no nos enteramos, o el que no se entera soy yo" hablando de que "en Segunda División da igual contra quien juegues". Afirmaba que "no he cambiado de mi discurso ni una coma desde el primer día" ni tampoco "mi forma de proceder y mi manera de actuar", avisando de que "evidentemente no voy a cambiar ahora, lo tengo clarísimo”.

Sobre su vestuario aseguraba que tiene "veinticuatro leones que se dejan el alma en cada partido y siempre los he defendido"; aclarando un matiz: "Una cosa es defender y otra cosa es exigir, yo no he parado de exigir nunca y nunca pararé". Dijo abiertamente que "lo único que me importa es el Huesca y lo defenderé hasta el último segundo del último día, no concibo otra cosa en mi profesión que no sea eso". Comentando el momento deportivo actual, Anquela decía que "estamos viviendo un sueño del que no queremos despertar". "Veo a la gente ilusionada y la mayoría dice que lo que venga será un premio”, declaraba también el técnico.

"Tengo veinticuatro leones que se dejan el alma en cada partido"

Se oyeron críticas con los últimos resultados del equipo altoaragonés, a lo que su técnico se defendió argumentando: "Que no le ganamos al Tenerife o perdamos en Girona es lo normal, lo anormal es lo que estamos haciendo". Del entorno que rodea al equipo comentó que "no podemos disfrutar del momento porque nos inventamos unas cosas muy raras". También advirtió que "sin sufrir jamás podremos disfrutar, hay que sufrir mucho para poder disfrutar”.

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