La segunda división no permite fallar en ningún momento de la temporada, ya que es una categoría muy apretada en la que los equipos ven como, perdiendo o ganando tres partidos seguidos, sus objetivos iniciales de la temporada pueden verse modificados.

Pero la SD Huesca es un caso distinto, pues los de Rubi tan solo han sido derrotados en cuatro ocasiones. Sin duda, números de ascenso para un equipo en el que la nobleza y la lucha son los valores que le definen.

El conjunto oscense cayó derrotado hace apenas una semana, en el partido ante el Real Valladolid en el feudo blanquivioleta correspondiente a la jornada 27 de la Liga 123.

El conjunto altoaragonés llega al encuentro del sábado frente al Rayo Vallecano con varios frentes abiertos y distintos objetivos. Como objetivo principal, como no podría ser otro: Ganar.

Los de Rubi quieren vencer en el feudo del conjunto madrileño y volver así a saborear esa victoria que se les resistió en Zorrilla, en un partido en el que la expulsión de Chimy en la primera parte y el acierto del pichichi de la categoría, Jaime Mata, acabaron por derrotar al líder destacado de la división de plata cuya derrota no empaña ni mucho menos la racha de un equipo que hasta esa fecha llevaba nada mas y nada menos que diez partidos sin perder, con un balance de ocho victorias y dos empates.

Esos 26 puntos de 30 posibles auparon al conjunto altoaragonés a la cabeza de la tabla y que le permitió distanciarse de sus perseguidores, actualmente con ocho puntos de colchón sobre el tercer clasificado, el Cádiz.

Aparte de intentar conseguir la victoria, los de Rubi quieren seguir manteniendo ese juego que lleva al equipo a ganar tantos partidos. Además, quiere acabar con el tópico de que el conjunto oscense no gana en el feudo rojiblanco, pues de cuatro enfrentamientos tan sólo ha conseguido obtener un empate, la temporada pasada.

La SD Huesca quiere, a costa del Rayo Vallecano, dejar lo que ocurrió el viernes pasado en Zorrilla en tan solo un desliz. Para ello, pierde a Chimy, Cucho y Brezancic, tres bajas importantísimas, pero recupera a uno de sus puñales, a Álvaro Vadillo. El gaditano vuelve para quedarse y hacerse un hueco en los esquemas de Rubi.

Oportunidad de oro para un Huesca que quiere ampliar el colchón de distancia respecto a sus perseguidores y, de esa manera, dar un golpe casi definitivo encima de la mesa.