A pesar de desplegar un fútbol bastante aburrido, el Eibar ha recuperado la inercia ganadora de antaño y vuelve a soñar con alcanzar la primera plaza. Este es su quinto triunfo consecutivo, lo que les permite encarar los últimos y decisivos compromisos ligueros llenos de moral. Por contra, en Tafalla se preguntan cuándo llegarán otra vez las victorias, pues ven desaprovechadas sus buenas actuaciones. Como le ocurrió al conjunto guipuzcoano durante varias jornadas, la Peña Sport está negada cara a portería y eso supone para ellos un hándicap realmente elevado. Arrancaron el campeonato logrando resultados muy meritorios ante rivales complicados, pero ahora intentan evitar bajar.

Ambos conjuntos saltaron al césped algo nerviosos y esto se notó a lo largo de la primera mitad. Apenas se produjeron ocasiones, si bien los visitantes reclamaron penalti en dos acciones. No obstante, los segundos 45 minutos fueron atractivos e intensos. El cuadro local salió enchufadísimo generando numerosas llegadas peligrosas mientras Gaizka Garitano gritaba y corregía errores. Parecía que marcarían un gol tarde o temprano.

Polémica decisión

Cuando mejor jugaban los de Sergio Amatriain, el árbitro expulsó a Rodellar. Entonces, la maquinaria eibarresa comenzó a funcionar. Tras dar algún aviso previamente, Arruabarrena perforó la meta defendida por Gonzalo con un certero cabezazo. Demasiado botín viendo lo poco que habían hecho hasta ese instante, aunque conociendo su potencial ofensivo no resulta extraño.

Sin embargo, los anfitriones lucharon encarecidamente por equilibrar el marcador. Les faltó fortuna y caen a puestos de descenso. Completamente opuesta la situación del la SD Eibar; afianzados en la tercera posición, buscarán cotas mayores en jornadas venideras.

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