¿Por qué? Eso es lo que se deben estar preguntando los jugadores del Club Deportivo Puerta Bonita tras la derrota de esta mañana ante el Barakaldo. Los de Cubillo, superiores durante gran parte del partido, no fueron capaces de convertir las ocasiones de las que dispusieron para acabar el partido cabizbajos mientras los jugadores gualdinegros celebraban el triunfo sobre el césped sintético del Canódromo.

Arrancó el Puerta Bonita decidido, intenso y sabedor de la importancia de los tres puntos tras la derrota del Laudio en la tarde de ayer, y fruto de su buen comienzo las ocasiones comenzaron a sucederse en el área visitante. Primero Rubén Blanco y posteriormente Iñaki pondrían el "huy" en las gargantas de los hinchas porteños cuando el marcador aún no dibujaba el minuto diez.

Sin embargo, el dominio inicial del Puerta se fue diluyendo hasta que Garrido remató a gol, con cierta dosis de fortuna, una falta lateral botada por Jorge. El gol no subió al marcador porque el cántabro Fuente Martín apreciaría una falta en el salto del capitán visitante que nadie más vio. Era la primera de un colegiado que se vio superado por el partido y su intensidad. Nueve minutos más tarde, en el 35, llegó el primer tanto del encuentro. Mentxaca comandaba un contragolpe por el carril zurdo para servir en bandeja el tanto a Aguiar. El '7', entrando desde atrás, remató de primeras y con el interior el pase de la muerte del menudo interior visitante.

A tenor de lo visto hasta el momento, el gol pareció demasiado premio para un Barakaldo que se dedicó a defender la renta para llegar al ecuador del choque por delante en el luminoso. El Puerta lo intentaba con todo, adelantando sus líneas en busca de un empate que llegó al filo del descanso. Corría el minuto 44 y Rubén Blanco ponía el empate en el marcador. Chevi tiró una pared con Álex dentro del área y asistió al '10' para que éste la empujase a puerta vacía.

Un arranque frenético

Los primeros minutos del segundo acto fueron determinantes en el devenir del partido. Si Iñaki avisaba al Barakaldo desde la frontal al minuto, pronto cambiarían las cosas, y radicalmente, para los de Cubillo. Un remate de cabeza sin demasiado peligro de Garrido al saque de una falta que no pareció, acabó en el fondo de las mallas de un Yelco que se vio superado por la parábola del balón. Era el segundo de los de Zurimendi que volvían a comandar en el marcador.

Por si el gol encajado no fuera suficiente castigo para el Puerta Bonita, Carlos Alberto vio la segunda amarilla en un salto con Arriaga que el colegiado Fuente Martín interpretó como codazo. Como ya pasara en la primera mitad, la acción sorprendió a propios y extraños hasta el punto de que en la rueda de prensa posterior el técnico visitante la calificara de "muy rigurosa".

En pleno festival tarjeteador del cántabro, que llegó a expulsar a Cubillo por "levantar el brazo", pudo sentenciar el Barakaldo por mediación de Aguiar, pero Iñaki salvó el remate del autor del primer tanto del partido arrojándose con todo al suelo en boca de gol. La sensación que mostraba el partido era la de un tramo final del partido cómodo para el Barakaldo, con un hombre más y por delante en el marcador. No obstante, la realidad fue bien distinta y los gualdinegros se encomendaron a Serantes para salvar un triunfo vital en sus aspiraciones de playoff. El meta desbarató un mano a mano con Chevi y un remate de Rubén Ramos a bocajarro cuando todo el mundo se preparaba para celebrar el gol que no habían podido cantar con el remate al poste de Álex. Ahí murió un Puerta Bonita combativo que no cejó en su empeño de puntuar ante uno de los 'gallitos' de la categoría.

Puntuaciones VAVEL 2B

CD Puerta Bonita Barakaldo CF
Yelco 4 Serantes 9
Rubén Darío 6.5 Expósito 6.5
Carlos Alberto 5 Alberto 6
Amaya 6.5 Neira 5.5
Cano 6 Odei 6
Yuma 6 Garrido 7
Iñaki 8 Aguiar 8
Rubén Blanco 6 Arriaga 6.5
Domenech 5 Jorge 6.5
Chevi 7 César 5
Álex 7 Mentxaca 6
Suplentes
Joshua 6.5 Eneko Rubio S.C.
Rubén Ramos 6 Coque S.C.
Cutillas S.C. Orbegozo 5.5
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Sobre el autor
Fernando Beltrán
Me he pasado la vida pegando patadas a todo aquello que me ha impedido soñar, que me ha impedido tener ilusiones y que ha trabado mis proyectos.