El culebrón del verano en León ya se ha acabado. Cristóbal Gil es nuevo jugador de la Cultural y refuerza una de las posiciones con menos efectivos en el plantel de Juan Ferrando: la mediapunta. El futbolista andaluz se desvinculó hoy mismo del Almería y emprendió su viaje a la ciudad leonesa donde espera seguir con una progresión que vivió un gran salto la campaña pasada.

Criado en la cantera del UD Almería, Cristóbal Gil esperaba un año tras otro su oportunidad con el primer equipo. Viendo que esta situación no se daba, la pasada temporada decidió probar suerte fuera del equipo de su tierra. El mediapunta aterrizó en un Nástic con objetivos optimistas, ya que los tarraconenses quería el ascenso. Allí fue uno de los hombres más utilizados y una de las piezas claves en el ascenso grana. La afición de Tarragona pidió a la directiva del Gimnástic el fichaje de Gil o, en su defecto, un año más de cesión, pero el Almería no cedió.

Esto dio esperanzas al futbolista malacitano de contar con opciones de tener ficha en el primer equipo albirrojo, pero los hechos no sucedieron tal y como a él le hubiese gustado. Sergi Barjuan no contó con él, pese a que estaba mirando bastante para el filial almeriense y, en esta situación, Cristóbal Gil se decidió a abandonar definitivamente el UD Almería. En la mañana del martes ha logrado desvincularse del club para viajar a León, ya que la Cultural y el futbolista ya habían acordado su contrato. El miércoles ya estará a disposición de Juan Ferrando y podría ser convocado para el debut liguero ante el Real Valladolid B.

Mediapunta 'jugón'

El perfil de Cristóbal Gil es exactamente el que buscaba el técnico de la Cultural. Es un mediapunta similar a Diego Peláez, futbolista que ocupó esa demarcación la pasada campaña en el cuadro leonés. Liviano físicamente, aprovecha este, a priori, hándicap, para convertirse en un futbolista veloz en las inmediaciones del área. No solo es rápido de movimiento, también de pensamiento, y ofrece soluciones y pases de gol a sus compañeros.

Su posición adecuada es la de mediapunta, pero también puede actuar algo más retrasado, de mediocentro, llevando el peso del juego del equipo. Los debes de Cristóbal Gil son su escasa capacidad goleadora (su mejor temporada en este aspecto fue la 2011-12 con siete tantos) y su irregularidad, ya que en Tarragona estuvo disperso en varias jornadas.