Arrancaba el encuentro con varios acercamientos tímidos del San Roque de Lepe que se verían repelidos por las intervenciones de Alberto Cifuentes. Los locales no dudaron en entrar en el partido con valentía, con la idea de hacer valer su condición de local, algo que se vería torcido a partir de los diez minutos.

Un disparo lejano, desde el centro del campo, de David Sánchez se marchaba al larguero, siendo el primero de los acercamientos gaditanos. Al cuarto de hora, un cabezazo de Lolo Plá en el interior del área iba a confirmar la mejora del cuadro dirigido por Claudio Barragán. Solo tres minutos después iba a llegar el gol cadista.

Un centro desde la derecha de Juanjo permitía a Lolo Plá ejecutar el disparo con la cabeza, un buen disparo que frenaría Bocanegra bajo palos. El rechazo le cayó de nuevo al atacante emeritense y, en boca de gol, no perdonó para adelantar al conjunto de la Tacita de Plata en el marcador. Intentaba responder el equipo onubense a través de Chaco, pero el delantero sanroquista envió el esférico directamente fuera en el interior del área.

El resto de la primera mitad se convirtió en un intercambio de golpes, con un San Roque de Lepe que al cruzar la media hora de partido se hacía con el control del centro del campo, aunque sin ocasionar peligro en el área visitante. Con la victoria por cero goles a uno, ambos conjuntos se iban a los vestuarios.

La segunda mitad arrancó con bastante acción. En el cuarenta y seis, un buen centro de Salvi desde la derecha era rematado por Lolo Plá al segundo palo para poner el cero a dos en el marcador, el segundo en su cuenta personal. Dos minutos después iba a recortar el San Roque de Lepe de libre directo. Una presunta mano de Migue en la frontal iba a provocar que Manu hiciera el uno a dos al enviar un zurdazo a la escuadra izquierda de Alberto Cifuentes. 

En el cincuenta y seis, Dani Güiza probaba fortuna con una vaselina desde fuera del área que se fue del campo lamiendo el larguero. Los hoy de morado no cesaban en la búsqueda del control del partido, intentado combinar largas posesiones en un campo complicado para tal tarea. 

A los ochenta minutos de partido, una buena jugada cadista finalizaba en gol por tercera vez. Salvi, desde su banda derecha, ponía el esférico en la frontal del área pequeña para la llegada de Nana, que no perdonaba al fusilar la portería local. Con el tercer tanto, el partido quedó visto para sentencia y, aunque los cadistas tuvieron oportunidades para hacer el cuarto, el marcador no se movería.