Con apenas 26 años y tras una carrera de diferentes y acumuladas experiencias, Imanol Elías es una de las opciones de mercado más completas de refuerzo bajo palos. El guardameta de Pamplona lleva la carta de libertad actualmente bajo el brazo tras un episodio difícil. Seguridad, tanto por alto como por bajo, paradas, cumplir un sueño, y caer. Ese podría ser el resumen inesperado del episodio que ha vivido hasta hoy Imanol Elías. Eso sí, caer y levantarse, una y mil veces.

Tras firmar con el Socuéllamos en busca de minutos y oportunidades en la categoría de bronce del fútbol español, unas molestias en el abductor cambiarían su situación, tornándola en, como él dice, "el lado oscuro del fútbol". Imanol atendió a VAVEL, con las ganas de seguir persiguiendo el sueño que cumplió de niño, ser futbolista.

Quién y como es Imanol Elías

Imanol es un portero diferente, sin motes, sencillo, capaz de ser cercano, familiar y amigo de sus amigos, y al mismo tiempo ambicioso y “un poquito orgulloso”. Futbolísticamente, se caracteriza por ser un portero alto (189 centímetros), ágil y con buen manejo de pies. “No me gusta definirme a mi mismo, además de que lo de ‘echarme flores’ nunca se me ha dado bien”, admite el jugador. “Si con algo me identifico es con querer triunfar en el mundo del fútbol”, aclara Elías en declaraciones concedidas a VAVEL.

La actitud es importante a diario. Por ello, hay que tener las cosas claras y saber que, como dice Simeone, “hay que jugar cada partido como si fuera el último”. “Siempre me ha gustado transmitir profesionalidad, seriedad y que esto no es solo un hobbie. Hay que esforzarse en el total de nuestras capacidades todos los días, y eso es lo que me gusta y quiero transmitir al resto del grupo”, explica Imanol a la hora de abordar que valores cree que transmite y busca infundir en sus compañeros.

El momento que cambió su carrera

Quedarse sin equipo es de las situaciones más complicadas que puede vivir un futbolista. “Al final un jugador puede jugar o no, pero el encontrarse sin equipo, por circunstancias ajenas totalmente al deportista, es una situación muy dura”, comienza abordando esta cuestión el guardameta. Y es que es así, verse relegado a una tercera posición en cuanto a oportunidades en el terreno de juego, no contar para el entrenador o directamente no formar parte de ningún equipo son los peores males que puede sufrir un futbolista.

Esa situación es la que ha vivido hasta hoy Imanol. Sin embargo, no se ha rendido, lo que demuestra una actitud y fortaleza mental envidiables. Ha convertido una situación negativa en motivación a seguir creciendo allí donde el fútbol le esté preparando un destino. ¡Chapeau!

“El luchar por lo que uno quiere es lo que me ha hecho seguir adelante y no rendirme. He dedicado toda mi vida al fútbol y quiero seguir en ello hasta que el cuerpo diga basta. Es cierto que quedarse sin equipo es una piedra en el camino pero estoy convencido que me quedan aún muchas situaciones y alegrías por vivir en el mundo del fútbol”, explica el convencido cancerbero a este medio.

Sus orígenes… ¿por qué el fútbol?

Por porcentaje, el fútbol es el deporte más solicitado por los niños del colegio. Todos quieren ser futbolistas de su equipo favorito y todos están deseando hacerlo realidad. Imanol cumplió ese sueño. Desde pequeño se ha manejado bien en los deportes que ha ido practicando, hasta que algo le llamo la atención del fútbol. “Elegí el fútbol desde pequeño. Siempre he sido muy deportista y puedo decir orgulloso que desde siempre se me han dado bien los deportes. El fútbol fue donde me centré, me llamó muchísimo la atención. Tuve la suerte de reunir las condiciones para ser futbolista. Si no me hubiera sido futbolista, probablemente estaría ligado al fútbol o al deporte de otra manera”, señala satisfecho y sabedor de que lo mejor esta siempre por llegar.

Todos tenemos un ídolo. Antes o después. La referencia de Imanol y con quien se ha identificado de mayor manera hasta ahora no ha sido Iker Casillas, ni Buffon, ni Van der Sar. Víctor Valdés se lleva el premio. “No tengo un ídolo en concreto. Es cierto que me involucro y comparto tanto el punto de vista como la actitud de varios deportistas. Si me tengo que quedar con uno, sería Víctor Valdés. Tras su lesión y vivir una de las etapas más duras de su carrera, Víctor comenta que cuando las cosas van bien y estás en tu mejor momento, todo va sobre ruedas; pero que por el contrario cuando la situación se tuerce todo el mundo te deja un poco de lado. Comparto ese punto de vista”, comparte Imanol con VAVEL.

Zamora como mejor recuerdo, el futuro como mejor presagio

Si en algún sitio disfrutó del fútbol, fue en Zamora. El equipo de Castilla y León albergó los mejores minutos que ha jugado Imanol. “Es la mejor etapa de mi carrera, sin duda. Paso de estar 12 años en Osasuna, estar en casa y acomodado con mi gente. Me llega la oportunidad de salir de casa y de volver a engancharme al fútbol. Venía de descender con Osasuna Promesas y llegó la oportunidad de reencontrarse con uno mismo y crecer. Jugué todo y estuve muy contento a nivel personal con el equipo y la situación que viví allí. Se juntaron todas las facetas necesarias para crear un buen año”, recuerda emocionado.

Actualmente busca nuevas aventuras, y está dispuesto a llegar a lo más alto y volver a empezar las veces que sean necesarias. “No me cierro puertas, quiero disfrutar del fútbol, esa es mi prioridad. Me gustaría seguir en España, pero salir al extranjero es una opción totalmente factible. Cualquier aventura futbolística es bienvenida. En España hay gran nivel y aquí está mi gente. Al final es mi trabajo y quiero seguir disfrutando de él. Nunca sabe uno donde le va a llegar la oportunidad”, admite Imanol, optimista y sabedor de que las cosas buenas van a llegar. Quizá no sabe ni donde ni cuando, pero van a llegar.

Su familia, clave estos meses

El apoyo de mi gente cercana, familia y amigos, ha sido lo principal y más importante. Tengo bien claro que quiero seguir ligado al fútbol y que me quedan años por jugar, pero también hay momentos en los que uno da vueltas a la cabeza y uno se empieza a replantear las cosas… véase que no merece la pena, por ejemplo. En esos momentos es cuando más les he necesitado y donde han estado”, destaca lo primero, al mismo tiempo que confiesa nunca ha pensado en rendirse de forma tajante, pero que sí ha dudado si seguir intentándolo merecía o no la pena. Lo bueno de esta historia es que siempre venció el lado optimista, fuerte y capaz de sacar cualquier ápice de positivismo cuando parece que todo es oscuro. Existen jugadores capaces de cambiar situaciones; y situaciones capaces de cambiar a los jugadores. Quizá Imanol no ha cambiado, ya que sigue siendo el mismo, pero se ha llevado una lección: no renunciar solo porque las cosas se pongan difíciles, ya que si vale la pena, nunca será fácil.