El Estadio de La Victoria vistió sus gradas en forma de lleno para un encuentro echado en falta por muchos y nunca vivido siquiera para otros. 7 años desde el último Real Jaén - Linares era demasiado tiempo y las aficiones de ambos conjuntos poblaron un estadio que vivió una noche de fútbol de superior categoría.

Tras el pitido inicial, ambos equipos se tantearon durante los primeros compases. La presión inicial que lleva asociada cualquier derbi hizo acto de presencia sobre el Estadio de La Victoria, pero fueron los de Gonzalo Arconada los primeros en dar un paso al frente para intentar anotar el primero de la noche.

El Real Jaén cogió el papel protagonista

Los primeros acercamientos blancos no pusieron en demasiados apuros a la zaga azulilla. Óscar Quesada lo intentó en el minuto 6 desde la frontal y su disparo se marchó desviado. Luis Pérez y Pablo fueron los siguientes en probar fortuna pero sus lanzamientos tampoco supusieron demasiados problemas para Lopito.

La presión de los locales hizo su efecto y en el minuto 21 tuvo que ser un linarense el que pusiese el primer tanto del encuentro. Santi Villa aprovechó un desajuste defensivo del Linares para firmar un nuevo tanto con la elástica del Real Jaén y de este modo adelantar al cuadro capitalino en el derbi. 1-0 y delirio de la afición blanca.

Tras el tanto inicial, el Linares no consiguió encontrar su mejor versión para tratar de dar la vuelta al electrónico. Luis Pérez lo intentó con peligro en el 26 pero su disparo se marchó desviado. Sería cinco minutos más tarde cuando Hugo Díaz aprovechó una pérdida de balón de Fran Carles para, de un tremendo zapatazo, colar el esférico en la escuadra de la portería de Lopito. Golazo de superior categoría y júbilo de la afición local que vio como su equipo se marchó al descanso con una ventaja de dos goles sobre el conjunto linarense.

El Linares lo buscó pero no lo encontró

Tras la reanudación, Fran Carles y Rafa Payán dejaron su lugar en el terreno de juego a Lara y Kike Boula. Torres buscó más movilidad ofensiva para intentar acortar distancias. Sin embargo, el partido fue perdiendo en intensidad y el fútbol vistoso comenzó a coger tintes de protagonista secundario.

Vitu y Fran No entraron para dar descanso a Álex Cruz y Quesada. Los dos cambios dieron refresco al juego jienense pero sin conseguir el nivel futbolístico mostrado en la primera mitad. Los linarenses por su parte lo siguieron intentando pero sin demasiada claridad. Francis Ferrón lo intentó, pero Felipe Ramos estuvo atento para desbaratar a córner la ocasión.

Cuando el final se vislumbró en el horizonte, Sergio Molina quiso sentenciar un encuentro, que para muchos ya lo estaba, con otro golazo de cara a la galería. El malagueño la empaló con la zurda en el 90 y batió a un Lopito que no pudo ser más que un mero espectador de la superioridad local.

Con el pitido final, el Real Jaén sumó tres puntos más a su casillero y un puñado de buenas sensaciones de cara a la consecución del objetivo de la clasificación para los puestos de privilegio. Por su parte, el Linares Deportivo fue víctima de la presión de un derbi que se diluyó con el paso de los minutos y que deja a los azulillos a cuatro puntos del descenso.

Ganó el fútbol

El otro protagonista de la noche, el graderío, salió victorioso por goleada. A pesar de cometer alguna falta de respeto en el minuto de silencio previo al inicio del partido, las dos aficiones tuvieron un comportamiento ejemplar y demostraron que el fútbol y la provincia de Jaén rechazan los malos comportamientos alejados del deporte. 

El derbi lo ganó el Real Jaén, pero ante todo...ganó el fútbol.