Innegable es que la temporada de la Unión Deportiva Salamanca ha sido un fracaso. Un equipo del que se esperaba mucho quedó fuera de playoffs, con la afición dividida, y sin seguridad de futuro, que cada día es más negro. Pocos de los futbolistas brillaron, pero si uno lo hizo fue Raúl Moreno Artalejo (Fuenlabrada, Madrid, España, 21 de noviembre de 1979). El guardameta ha sido de largo el mejor de la plantilla, salvando en innumerables ocasiones.

El Salamanca empezaba la campaña con Mario Villoria y Adrián Murcia como porteros en plantilla. El canterano dejó buenas sensaciones en el final de la anterior campaña, mostrando muchos reflejos y gran agilidad, aunque quedaban dudas por sus fallos de concentración, seguramente motivados por el ambiente. Para suplirle, Adrián Murcia, excancerbero del Mirandés que no había renovado tras el ascenso a Segunda.

Las dudas en la portería eran enormes. Ambos porteros parecían tener un nivel parejo y la afición no se decantaba por uno claramente. Los problemas en balones aéreos de Mario, motivados por su escasa altura, y la falta de agilidad de Adrián provocaban que no se supiera quién sería el titular en Liga. Y tampoco se confirmó en las primeras jornadas del campeonato; Gorka Etxeberría no lo tenía claro.

Ante la duda, Adrián Murcia

En pretemporada habían alternado, pero en la primera jornada solo podía uno. Ese fue el ilicitano, que ocupó el arco charro y quedó imbatido en la victoria por un gol a cero. Repitió en la segunda jornada, pero en esta ocasión cometió un penalti frente al Coruxo, lo que hizo que Mario fuera el portero durante medio partido y el siguiente. Encajó el lanzamiento del conjunto gallego, pero frente al Marino de Luanco, en el Helmántico, no le pudieron marcar.

El que fuera del Mirandés nunca fue intocable y las dudas era permanentes

Su buena actuación, ya con Adrián disponible, le hizo repetir en la victoria (1-3) en Mareo frente al Sporting B, en un recital de fútbol unionista. Tras ello llegaron Oviedo y Fuenlabrada, dos encuentros en los que recibió uno y tres goles respectivamente. Los errores en la localidad madrileña hicieron que volviera a quedarse en el banquillo, y lo hizo para no volver; el alicantino le había quitado el puesto.

Fue titular frente a San Sebastián de los Reyes y Real Sociedad Deportiva Alcalá (1-3 y 1-1). Solo cuatro días después de este partido, su compañero Villoria cayó lesionado, por lo que Adrián era dueño y señor de la portería. Una grave rotura fibrilar apartó de los terrenos de juego al canterano durante cuatro meses, y Álex no podía estar tanto tiempo en el primer equipo, sin gozar tampoco de la confianza del míster, por lo que el refuerzo era inminente.

El portero a fichar no podía tener contrato

Con el mercado cerrado, hacía falta encontrar alguien de garantías, sin contrato y dispuesto a llegar a un club que no pasaba por un buen momento institucional. Los impagos se arreglaban con la llegada de Juan José Hidalgo, pero el cartel no era el mejor. El día tres de noviembre, Raúl Moreno era el elegido. Tras una dura negociación con los administradores concursales, el madrileño dejó el paro para unirse a la entidad blanquinegra, que le acogió con los brazos abiertos. El veterano arquero no había sido renovado por la Agrupación Deportiva Alcorcón y tenía ante sí una gran oportunidad para ir a un equipo histórico y volver a coger ritmo de competición.

Raúl Moreno fue titular solo ocho días después de firmar por la Unión

Hasta que él llegó Adrián defendió la portería de la Unión contra el Avilés, empatando a cero fuera de casa, y en la goleada (5-0) al Marino de Tenerife. Solo un día después del fichaje, Murcia caía derrota por tres goles a uno en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano. Su nuevo compañero bajo los palos entrenó al máximo para adaptarse lo antes posible a su nuevo equipo y pronto se puso a su altura.

Ocho días habían pasado y Raúl Moreno ya era titular. Lo hacía en el empate a dos con el Ourense en casa. El resultado no fue el mejor, habiendo recibido dos tantos, pero Gorka continuó confiando en él. Dos derrotas consecutivas (1-0 y 0-2) frente a Caudal Deportivo y Leganés eran sus inicios. Los números eran malos, pero lo cierto es que el problema era defensivo. La zaga cometía demasiados errores que el portero no podía arreglar.

Raúl Moreno, siempre atento y ordenando bajo palos. | Fotos: Dani Mullor - VAVEL.

Pese a una expulsión, Raúl fue irremplazable

Frente a Zamora (victoria por 1-2) y Real Madrid C (derrota, 2-3), volvió a ser titular. En este encuentro, frente al filial merengue, fue expulsado cuando le habían anotado solo un gol. Adrián saltaba al terreno de juego para ejercer de héroe en el triunfo parcial por dos goles a uno, deteniendo la pena máxima, pero después encajó dos tantos. Por necesidad volvió a ser titular en Majadahonda, donde la UDS empató a un tanto con el Atlético B.

No volvió a dejar su sitio Raúl. Desde entonces, solo un encuentro, nuevamente por sanción, dejó de ocupar la meta unionista. Pese a la gran cantidad de goles que recibió, el experimentado guardameta realizaba acciones de mucho mérito. La inestabilidad atrás y los continuos errores daban lugar a numerosas ocasiones, de las cuales el portero resolvía son solvencia la mayoría.

Era el más completo de los tres arqueros. Ágil, veloz, siempre atento y concentrado, motivador, fuerte por arriba y por abajo… No se podía pedir más, siempre salvaba al equipo de goleadas. Llegaba de la Segunda División y se notaba el nivel, por lo que se había hecho con la portería y era el orgullo de una afición que siempre le agradecía sus grandes actuaciones y le reconocía su mérito. La gente le quería.

Para cerrar la primera vuelta, el Guijuelo visitaba el Helmántico y anotaba dos tantos, pero los cuatro del Salamanca contrarrestaban. Volvió en mejor forma en la segunda, y lo hizo gracias al equipo en general. El portero era la estrella, pero se notaba la mejoría común. Las primeras cuatro jornadas no fueron buenas, perdiendo en dos ocasiones (2-0 y 2-1 frente a Tenerife y Marino de Luanco respectivamente). Entre medias, dos empates a cero y a dos con Getafe B y Coruxo. Solo dos puntos de doce y seis goles en contra por tres a favor, hacían que el equipo terminara de caer de los primeros puestos.

Estadísticas de los guardametas
Portero Partidos Goles encajados Goles encajados/Partido
Adrián Murcia 10 10 1
Mario Villoria 5 6 1,20
Raúl Moreno 25 30 1,20
Álex 1 2 2

Moreno, clave en una breve reacción unionista

Pero todo cambió de repente, la reacción llegó. Con la portería imbatida como principal factor, los charros dieron, temporalmente, la vuelta a la situación. Raúl Moreno cuajaba estelares actuaciones frente a Sporting de Gijón B, Real Oviedo y CF Fuenlabrada, tres grandes partidos de la Unión que se saldaron con 4-0, 0-0 y 3-0 respectivamente. Cuando todo parecía estabilizado y el problema de atrás solucionado, la recaída fue definitiva. La ‘manita’ que endosó el San Sebastián de los Reyes a los de Gorka Etxeberría dejó muy tocado al míster y al equipo en general, que se vio desbordado completamente.

Los cinco goles endosados por el Sanse no hicieron perder el puesto al portero

La racha se prolongó cuatro semanas más, en las que solo consiguieron tres puntos y recibieron sietes goles. Se produjo entre estas jornadas la destitución del preparador vasco, subiendo al primer equipo José María Hernández. Raúl Moreno continuó bajo palos, salvando goleadas en todos estos encuentros. Las igualadas eran demasiado premio para un Salamanca que continuaba siendo un desastre. Solo el portero era salvable, parando innumerables ocasiones, mano a manos, y proporcionando seguridad a sus compañeros, a los que se veía con excesiva relajación. Pese a los malos resultados, el ex del Alcorcón se había coronado.

En los siete partidos restantes (el último no lo jugó por sanción) con él en el campo sumaron once puntos, lo que hizo imposible la clasificación para los playoffs de ascenso. En ellos fueron diez los tantos anotados, que nunca fueron problema para uno de los equipos más goleadores de la categoría. Cinco goles recibidos, como siempre gracias a Raúl, hacían que el portero saliera ovacionado del Helmántico. Pocos futbolistas han sido tan queridos en tan poco tiempo en los últimos años. Los cánticos hacia Moreno se sucedían, especialmente en los dos últimos encuentros de la temporada. Pese al crispado ambiente con Pablo de Lucas, el portero siempre se llevó el máximo respeto.

Frente al CD Guijuelo, en la jornada treinta y siete, fue expulsado por cometer penalti. Repitió hazaña Adrián Murcia, deteniendo el penalti. El marcador en el momento era de empate a uno, pero el recién incorporado vio que perforaban su portería en dos ocasiones. La ausencia de Moreno en el campo hizo que sus compañeros se vieran sobrepasados, incluso cuando se igualó numéricamente el encuentro por una expulsión chacinera.

Raúl Moreno parando un penalti en Valdebebas. | Fotos: Dani Mullor - VAVEL.

La afición se rindió a la profesionalidad, el trabajo y la calidad

Agilidad, experiencia y trabajo fueron las claves del éxito

Ya en la última jornada, en su despedida (el contrato terminaba el treinta de junio), el portero se llevó un tremendo aplauso del estadio cuando llegó a su portería, a la del fondo sur, donde se encuentran las peñas. No pudo disputar el encuentro, en el que debutó el canterano Álex, pero sí saltó después para agradecer todo a una hinchada tan cariñosa. Los cánticos se sucedieron a su llegada al mencionado fondo. Aplaudió, se le veía emocionado. Él había dado mucho, muchísimo, y los aficionados se lo habían devuelto de la mejor manera posible. Toda la confianza depositada en él había servido.

Así fue la historia de un veterano cancerbero que aterrizó en la capital charra con un único objetivo, el de tener minutos para recuperar la forma y agradar a la gente. Hizo todo lo que estaba en sus manos, pese a que al equipo no le salieran las cosas. El reconocimiento de su trabajo y su esfuerzo es total, así como de su gran profesionalidad, siendo un futbolista que nunca ha tenido una mala palabra, que siempre ha hecho bien las cosas en silencio, y que incluso se puso en contra de sus compañeros cuando estos saltaron con una camiseta de protesta por los impagos.

La responsabilidad del portero es máxima y Raúl Moreno, al que los hinchas desearían volver a ver en el Helmántico, cumplió con creces. A sus treinta y tres años logró su objetivo personal y lo hizo gracias a agilidad, experiencia y trabajo. Sin duda alguna, la veteranía triunfó en Salamanca, en el Helmántico, donde solo los grandes se van de esa manera.