Cuando las cosas no salen bien, los problemas institucionales están a la orden del día y las lesiones se acumulan, las aficiones buscan un resquicio de alegría, de orgullo, de positividad. Todo ello se mezcló en la hinchada de una maltrecha Unión Deportiva Salamanca que, ante la desesperación de verse abocada a continuar una campaña más en el ‘infierno de Segunda B’ al menos disfrutó de un regateador nato que se convirtió en goleador: el ‘21’.

El abulense salió de la cantera del Atlético de Madrid

Borja Sánchez Gil (Arenas de San Pedro, Ávila, 14 de febrero de 1987) es un atacante formado en la cantera del Atlético de Madrid. En él creció en categorías juveniles hasta que pudo dar el salto a la Segunda División B, con tan solo dieciocho años y en la Real Sociedad Deportiva Alcalá.  Exitoso desde pequeño, volvió al filial colchonero para continuar aprendiendo y, solo un año después, regresar a El Val.

Los comienzos nunca fueron fáciles y el castellanoleonés no lograba despuntar, no era ese futbolista clave del equipo indiscutible, y en las dos campañas con los alcalaínos descendió a Tercera División. Pero ya en la 2008/09 logró hacerse grande para continuar subiendo de nivel y llamando la atención de una superior categoría. En la Real Balompédica Linense cuajó una gran temporada, siendo uno de los mejores en un equipo que descendió. Por ello le fichó el Dénia, donde contó con grandes oportunidades, brilló y encandiló a la afición.

El Dénia, su trampolín

En el club alicantino fue uno de los mejores y un fijo en las alineaciones, lo que provocó su salto a la Segunda División. Nada pudo hacer la directiva para evitar que el Girona FC se lo quitara de las manos. Solo estuvo allí una temporada y apenas pudo agradar a la afición como lo hizo en Dénia. Se le quedó grande la categoría de plata y decidió regresar a la inferior, recalando en la Ponferradina.

Brilló cuando pudo, pero no gozó de la confianza necesaria. Solo siete partidos disfrutó con la elástica blanquiazul, lo que provocó una nueva salida a final de temporada. Su equipo había logrado el ascenso, pero él se quedó en Segunda B. En esta ocasión firmó, ilusionado, por la histórica Unión Deportiva Salamanca, siendo uno de los futbolistas clave en la lucha por el ascenso con Gorka Etxeberría al mando.

La UD Salamanca, una oportunidad de reivindicarse

Desde el inicio fue uno de los más prometedores. Un jugador tan comprometido como él y de su calidad sería uno de los puntales para el míster, que confeccionaba una plantilla austera pero de nivel. En cada entrenamiento luchaba al máximo y su estado físico a la hora del debut era excepcional, algo necesario para que rindiera y que potenció al máximo sus cualidades como extremo.

No brilló en pretemporada, cuando todo el equipo dejó mucho que desear frente a Atlético Bembibre, La Granja, Sporting de Gijón y Real Valladolid, pero sí en sus primeras apariciones oficiales. Solo tardó doscientos treinta minutos en estrenar su casillero como unionista, cuando Pablo de Lucas le filtró un genial pase que fue culminado con un toque sutil. Aquél fue el tanto de la victoria frente al Marino de Luanco, el primero decisivo.

Solo una semana después, frente al Sporting de Gijón B en Mareo, volvió a ser determinante con un doblete que otorgó la victoria a los visitantes. Tal fue su relevancia en el encuentro que continuó por la senda casi toda la campaña y ha sido finalmente el segundo máximo goleador, solo dos por detrás de Igor de Souza, que ha marcado quince habiendo disputado un partido menos.

Bien es cierto que podía haber sido el primero, en caso de no haber sufrido una lesión larga y molesta. Y es que en los últimos dos meses de competición ha arrastrado una pubalgia que le ha impedido estar al máximo nivel y que le ha mermado notablemente en el estado físico, teniendo que ser sustituido en casi todos los encuentros disputados sobre este tiempo por no aguantar las molestias.

Regate y combinación como señas de identidad

Pero en todo el período, y también anteriormente, Borja ha mostrado todas sus cualidades. Salamanca y el Helmántico han podido disfrutar de su tremenda calidad durante todo un año. Él era el dueño irremplazable de la banda izquierda del ataque unionista, siendo un quebradero de cabeza para cualquier defensa y aliándose a la perfección con el resto de sus compañeros en la zona de tres cuartos.

El ‘21’ ha regateado a todos los laterales derechos que se han enfrentado a él. La habilidad y el juego de piernas que tiene al abulense ha quedado plasmado en el mítico estadio. Su jugada de ir por banda, hacer regate hacia adentro y continuar con el balón hasta tirar o pasar ha sido una constante, mostrando además su genial disparo desde lejos, potente y colocado siempre. En caso de no poder buscar el chut, la velocidad le permite continuar hasta apurar línea de fondo y poner centros, gracias a su buen manejo de la zurda, la menos buena.

Carrera por banda, recorte y combinación, su punto fuerte antes de finalizar

Su capacidad goleadora ha sido la principal sorpresa agradable para la parroquia blanquinegra. Era un futbolista que llegaba como la estrella del conjunto y, pese a no decepcionar en su función, es cierto que ha sobresalido por anotar muchos goles. Nunca antes había sido un gran artillero, pero se destapó como tal gracias a las combinaciones con Igor, un delantero generoso y asociativo, así como la calidad de Pablo de Lucas, con quien hacía numerosas paredes cada encuentro para que éste picara el balón y el extremo terminara rematando. Sin duda, dos grandes parejas las que hacía con ambos compañeros.

Profesionalidad y trabajo irreprochables

Además de todo ello, su polivalencia le ha hecho ser, siempre que ha estado en plenas condiciones, titular. En alguna ocasión ha ocupado también el flanco derecho o la punta de ataque y siempre ha cumplido. Se ha adaptado a la perfección a cualquier puesto y su ímpetu y profesionalidad ha hecho que haya estado correcto. También ha aparecido por la media punta cuando los encuentros se trababan, dando fluidez y desatascando el juego.

Por último, cabe destacar su sacrificio. El esfuerzo defensivo que ha hecho durante toda la temporada el de Arenas de San Pedro ha sido tremendo y admirable. Su gran físico ayuda a que pueda defender, y sus continuas ayudas en el centro del campo han sido muy destacadas por el público. Además, cada vez que perdía un balón tiraba de pulmón para recuperarlo lo antes posible, por lo que este esfuerzo es siempre agradecido por compañeros y seguidores.

Un voto de confianza en Segunda es necesario

En España varios Segunda B están muy interesados en él, pero suena también fuera de la Península Ibérica

Borja Sánchez solo necesita un impulso para poder asentarse en una categoría superior. Las mínimas opciones con las que ha contado en Segunda División han provocado que no haya triunfado, pero la confianza de un entrenador le haría ser un futbolista importante. Su especial esfuerzo físico es clave para tener éxito, y unido a su calidad le acredita como un jugador de plata.

Tras la desaparición de la UDS, todavía no se sabe dónde encontrará sitio. Diversos clubes de España, tanto de Segunda División B como de Segunda, han sonado como posibles destinos, pero también países del Este de Europa y asiáticos han aparecido en algunos periódicos deportivos, por lo que todavía es incierto.

Este fue, sin duda, el resquicio de alegría que le quedó a la familia unionista durante la última temporada del club. La ilusión de poder ver a un crack de estas características en el Helmántico atraía al público. Sus regates e internadas generaron felicidad, pese a que el equipo no llegara a su objetivo final. Él fue el regate del Helmántico en la última temporada de la Unión Deportiva Salamanca y si su nombre quedó grabado en el estadio, también el escudo en su corazón.

Fuente de las fotos (sin edición). | Portada: La Gaceta de Salamanca; 1ª: Empordá; 2ª: CD Marino; 3ª: Víctor Paniagua - VAVEL ; 4ª: Dani Mullor - VAVEL; 5ª: Dani Mullor - VAVEL.