Ya es tendencia que en los marcadores por los que vaga el Racing de Santander en la Segunda División B acaben con un palo y un rosco. Un solitario gol, al estilo de Johnny Depp en la película de Gore Verbinski, 'El Llanero solitario'. A los cántabros les bastó -y les suele bastar- con el gol de Samuel Llorca, no exento de suspense, para batir a un combativo Lealtad, en un choque con aficiones e instituciones hermanadas.

El pescado se vendió muy rápido

El Racing empezó mejor, con consistencia y un fútbol rápido. Gracias a este arranque, el Racing gozó de una ocasión clarísima para Carlos Álvarez. En una posición privilegiada, y renunciando a su instinto de  nueve, el asturiano prefirió ponerle un balón atrás a Abdón Prats que no llegó a conectar.

El Racing llegaba a este encuentro tras dos partidos sin ganar en casa

Poco tiempo después llegó el 'llanero solitario', el gol de la victoria de Samuel Llorca, tras una jugada embarullada -al estilo del gol del propio Carlos Álvarez en Pasarón- que terminó con un fulminante disparo de Llorca que se estrelló contra el larguero y que, tras unos segundos de suspense -siguiendo el hilo cinéfilo-, el árbitro concedió como gol para el delirio de El Sardinero. Gol y el Racing por delante, con merecimiento.

Pero a partir de ahí el centro del campo asturiano cogió la manija del partido y el choque se fue por los derroteros habituales en los guiones del Racing. Control a ratos, poco sufrimiento atrás pero con algún susto puntual como en cualquier película de terror que se precie.

El fútbol brilló por su ausencia y las ocasiones parecido. Dani Aquino hoy cubrió el puesto de Héber Pena en la banda -que se quedó en el banquillo- y Sergio Ruiz, acompañado de Javi Cobo, ocuparon el centro del campo. Por el Lealtad, destacar su solvencia defensiva y la vuelta de Valdo, que ha jugado más hoy vestido de negro (62 minutos) que en seis meses de verdiblanco.

Segundas partes nunca fueron buenas

Un tópico tan repetido como manido en el mundo del cine se puede extrapolar perfectamente al segundo tiempo de El Sardinero. El fútbol lo intentó poner el Lealtad, o mejor dicho, la insistencia. Las ocasiones, con cuentagotas, fueron para los dos, pero la más clara para los asturianos con un disparo seco de Jandrín que Iván Crespo repelió con muchos apuros.

El Racing volvió a ganar por la mínima, con sufrimiento

A partir de ahí ya se sabe. El Racing es de los actores que se aprenden rápido el guion y que con un par de tomas ya tiene hecha la película. Con muy poco logró defenderse de las acometidas leales. Amigos fuera del campo, rivales dentro, pero un partido muy limpio con buenas palabras de un bando hacia el otro antes y después de la contienda.

Cabe destacar que antes del encuentro, la Asociación de Peñas Racinguistas (APR) otorgó un premio al presidente del Lealtad, Pedro Menéndez, y el Racing hizo lo propio con la alcaldesa de Villaviciosa por sendos recibimientos en la villa asturiana en las dos visitas del Racing a todos (más o menos cinco mil) los santanderinos desplazados.

La Cultural, tres puntos más cerca

El partido llegó a su desenlace con el resultado de uno a cero favorable a los cántabros, que no se llevarán un Oscar por esta interpretación de 'El llanero solitario', pero su traducción en tres puntos debe ser un motivo de alegría para su entrenador y afición porque le acerca a dos puntos de la Cultural Leonesa. El Lealtad, que ve como se corta su racha de diez partidos sin perder, continuará séptimo en una campaña espléndida para los asturianos. Se acabó el 'filme', el Racing ganó al estilo del auténtico 'Llanero solitario'.