En el mundo del fútbol hay cosas que no se pueden explicar, como que el Palencia ayer perdiera en la ‘Nueva Balastera’ ante la Arandina. No por el nivel comparado entre los dos equipos, sino por las exigencias y las necesidades con las que los locales recibían al cuadro burgalés. Ahora bien, teniendo en cuenta que la intensidad y alma impuestos por los morados fue mínima, el resultado puede ser mucho más entendible. El Deportivo, con 35 puntos y solo nueve en juego, se complica mucho su permanencia en la categoría y podría acompañar a Tercera División a su rival de este pasado domingo.

No comenzó con buen pie la escuadra de Zurro, muy miedosa ante un homólogo que no tenía nada que perder y que quería hacerse respetar sobre el verde. Pronto los blanquiazules se adelantaron en el marcador con un tanto marrado por Momar NDoye, que tras regatear a Asier batía por bajo a Alejandro. El gol supuso un mazazo para el Depor, incapaz de reaccionar salvo en alguna jugada aislada y que pronto recibiría un nuevo varapalo. En una falta lateral botada por Leo Ramírez, Pablo Trigueros remataba de cabeza y lograba el 0-2.

Con los pitidos llegaron también los nervios. La Arandina había asestado dos golpes mortales en sus dos únicas llegadas, y el Palencia únicamente era capaz de servir centros desde la banda derecha sin que nadie pudiera rematar de forma certera. Los errores se sucedían y la gente se impacientaba. Solo dos ocasiones claras se sucedieron para los locales; en la primera Xavi Moré estrellaba el balón en el larguero tras una falta, mientras en la segunda Rodri buscó un disparo desde la frontal que se fue desviado. Sin tiempo para más se llegó al descanso.

El segundo tiempo fue diferente. Zurro introdujo en el terreno de juego a Diego Torres y Chuchi, y las intenciones fueron buenas, ya que el gol llegó en el primer minuto de juego aunque fue en propia puerta. Garcés, evitando un control de un rival, elevó el esférico y nada pudo hacer Montiel para evitar el tanto. Chuchi y Guillem pudieron lograr el empate poco después, pero sus remates se marcharon ligeramente desviado. Por más que los locales se ceñían a atacar de forma constante la meta ribereña, las oportunidades entre los tres palos no llegaban.

Y dado que el cuadro morado se vio abocado a meter una marcha más y volcarse sobre el área rival para tratar de lograr al menos un punto, la Arandina quiso aprovecharlo. Así, a falta de unos instantes para el final, una contra bien realizada por el cuadro burgalés fue ejecutada por Momar NDoye para lograr el tercer y definitivo gol con el que se cerraría el partido. Con este resultado, el Palencia se complica sus opciones de permanencia aunque el calendario sigue dando opciones a los de Zurro. Por su parte, la Arandina  logra su primer triunfo fuera de casa y suma 31 puntos, pero la próxima jornada podría certificar su matemático descenso a Tercera División.