Un empate que aumenta la emoción

El Rayo Majadahonda se dejó en la mañana del domingo dos puntos que podrían resultar vitales para la lucha por el playoff ante un correoso Talavera que, ante el gran número de bajas que tenía, tiró de épica para rascar un punto del Cerro del Espino.

Pasan las jornadas y ya podemos comenzar a sentir ese olorcito a playoffs. Quedan 13 jornadas para decidir que equipos tendrán la posibilidad de soñar con jugar en Segunda División. El grupo en el que se está produciendo una encarnizada batalla es el grupo I. Hasta cinco equipos están luchando por tres plazas de playoffs: Rayo Majadahonda y Rápido de Bouzas empatan con 45 puntos, les siguen la estela Depor "B" y Navalcarnero con 44 y un poco más atrás el Atlético de Madrid "B", con 41. El empate de ayer en el Cerro del Espino dejó constancia de la gran igualdad que impera en este grupo.

Y es que tras este resultado, en Majadahonda ya se está empezando a hablar de crisis, dado que el equipo lleva dos semanas sin ver puerta. El partido comenzó con la sorpresa del bueno de Antonio Iriondo de todas las semanas. En esta ocasión, dejó a su pichichi, Dani Pichín, en el banquillo. El Talavera salió sin miedo alguno y ejerció una gran presión en el centro del campo que llevó al técnico del equipo local, a realizar un cambio a los 36 minutos de juego, como si de Paco Jémez se tratase, entrando Jairo por Chiqui, al que habían anulado un dudoso gol anteriormente. La primera parte acabó con 45 minutos en los que la pasividad fue la tónica dominante.

Segunda parte con idéntico guión

El Talavera sabía que estaba llevando el partido a su terreno y decidió seguir con la misma estrategia: presión y faltas se sucedieron por doquier a lo largo de la segunda mitad. Esta dureza no fue excesivamente castigada por el colegiado, que solo enseñó dos tarjetas amarillas en todo el partido, y ambas fueron para el jugador del Talavera, Jesús García. Tras esa expulsión, se esperaba que los locales dieran un paso adelante que, a pesar de los cambios, no se dio. Al final, 0-0 y las alarmas se encienden en Majadahonda.