Toda la temporada con la misma cantinela. "Ganaremos dos partidos seguidos y nos meteremos en la lucha" , ha sido la frase más repetida por los aficionados blanquirrojos. La esperanza es lo último que se pierde, pero los datos, las sensaciones y las dinámicas no dan buenos augurios. Más bien todo lo contrario. . En toda la temporada, los riojanos han conseguido la décima posición como techo y llevan varias jornadas muy cerca de los puestos del azufre. Dos puntos separan ahora mismo a los logroñeses del descenso directo. Muy por encima, a ocho puntos de distancia, los puestos de playoff se contemplan como una utopía en directiva, afición y entorno.

Y es para llegar al cuarto puesto, el Logroñés deberá escalar una enorme montaña, pero contra sí mismo. Porque gran parte de los problemas de este equipo son internos. La debilidad defensiva,  la falta de gol, la fragilidad anímica... son heridas internas que poco a poco están desangrando a los blanquirrojos. Y de no solucionarse, lo pueden llevar a la tumba. Porque nadie duda que la UD Logroñés en Tercera dejaría de ser tal. Por ello el próximo partido en Las Gaunas ante el Zamudio cobra una importancia vital. Ganar, ganar y ganar. No queda otra. No hay más alternativa que vencer al colista. Ya se han perdido demasiadas "finales" esta temporada. 

¿Quiénes han llevado al Logroñés a esta situación?

La pregunta que se hacen ahora los aficionados blanquirrojos es quién tiene la culpa de esta situación. La respuesta es que no hay un único culpable. Para llegar a una situación como esta, se ha tenido que dar un cúmulo de errores y mala planificación deportiva. La responsabilidad es compartida. 

El principal responsable es el presidente del Club. Como propietario y máximo accionista, Félix Revuelta es por tanto el principal activo de la entidad ahora. Él sustenta al Logroñés económicamente. Pero eso no quita que haya errado en la confección de la plantilla. Está claro que el plantel ha dado un paso atrás con respecto a la 2015/16. El acuerdo con el Eibar fue infructuoso, al menos a corto plazo. Solamente Amelibia y Juanfran se están convirtiendo en jugadores importantes para Berges. El resto de jugadores llegados desde la ciudad guipuzcoana han defraudado. Mendi, Thaylor y Jon Ander Felipe están ya fuera del club. El contrato con el Eibar puede y debe ser gratificante a largo plazo, pero por el momento no está fructificando.

Errónea gestión de plantilla

Si un presidente tiene que encargarse de la gestión global de un club, la competencia de un director deportivo es la gestión deportiva. Y ahí Pouso tiene su cota de responsabilidad. El preparador leioztarra demostró su capacidad de gestión las dos pasadas temporadas. Sin embargo, en esta ocasión se ha equivocado. Pouso apostó en verano por una plantilla joven, incorporando cinco cedidos de la SD Eibar. Piezas clave, como Pere Milla o Titi, se fueron, aunque el asturiano retornó este mercado invernal. No hay gol y hasta hace poco solamente había una banda en ataque, aunque la llegada de Titi ha compensado algo las bandas riojanas.

Debido a los errores de verano, la UD Logroñés ha acudido al mercado invernal con urgencia. Tres incorporaciones: Titi, César Remón y Álvaro Traver. El riojano Remón ha aportado ganas, casta y testosterona al equipo, Titi, constante desborde y peligro y el rendimiento de Traver es aún desconocido, aunque marcó en Socuéllamos.  Aun así, al equipo le sigue faltando un 9. Es cierto que el Logroñés no tiene suficientes recursos económicos para poder fichar un goleador de garantías, pero podría haber blindado a algún jugador clave del pasado año. Por ejemplo, podría haberse quedado con Titi a cambio de subirle un 30% del sueldo o haber negociado otra temporada de Pere Milla en tierras riojanas. Aún así, hay que ponerse en la piel de una directiva con poco presupuesto y con una gran presión de playoff por parte de afición y entorno de los blanquirrojos.

Pouso, por su parte, presentó su dimisión porque se sentía incapaz de seguir entrenando. Su trabajo deportivo es incuestionable, él no tiene la culpa de si los jugadores meten la pelotita o no. Lo que es cuestionable es su trabajo en los despachos. Aún así, si colocas una balanza con aciertos y errores de Pouso, estaría claramente desequilibrada hacia las buenas decisiones. El palco, la dirección deportiva y el entrenador tienen siempre influencia en los resultados de cada temporada, pero los que se juegan su empleo cada jornada son los jugadores. Y está claro que salvo alguna excepción, casi todos los futbolistas están rindiendo por debajo de su nivel.

Casi nadie convence

Los casos más flagrantes de rendimiento han sido los de jugadores de ataque. Ninguno ha logrado hacerse con la vitola de estrella en el conjunto riojano. Ni Reguilón, a pesar de su póker ante el Bilbao Athletic, ni Juanfran, que no ha inaugurado su cuenta goleadora. Ni tampoco Espina, que ha sido de lo mejores en ataque durante etapas, pero que se ha quedado estancado en los cinco tantos. Mendi y Thaylor pasaron por la delantera banquirroja con más pena que gloria. Por su parte, a Titi y a Traver, hay que darles tiempo, aunque parece que empiezan bien su etapa en la Unión Deportiva.

La defensa tampoco está dando el dó de pecho, pero a pesar de todo los de Las Gaunas son los cuartos menos goleados de todo el Grupo II. Aún así a Amelibia se le notan carencias y Caneda acusa su edad. Ferrone y Paredes quizá sean los que mejor estén rindiendo.  En el centro del campo, Adrián León lleva haciendo partidos notables toda la temporada y César Remón desde que llegó, ha mostrado su total implicación por el equipo, tanto en el campo, como fuera de él. En portería, ¡qué decir de Miguel! Otra vez el guardameta está cumpliendo y salvando al equipo en varias ocasiones.

La presión, un enemigo muy fuerte

Pero además de la plantilla, el club tiene un problema muy difícil de solucionar, la presión del entorno. Pese a la situación del equipo, mediocre desde el inicio de la temporada, la afición ha seguido pidiendo al equipo el playoff. Rafael Berges incluso dijo que había que mirar arriba en rueda de prensa. El tiempo ha demostrado que eso, por ahora es un error. El equipo debe remar partido a partido, buscando las ansiadas dos victorias consecutivas para salir de abajo. O el club mantiene los pies en el suelo, o puede meterse en una tempestad de la que será difícil salir con vida.