Calurosa y soleada tarde de primavera la vivida este domingo al sur de Madrid, en la que el club se empeñó desde bien temprano en hacer olvidar a su afición el duro varapalo de la final de la Copa Federación, perdida ante el Atlético Saguntino (3-0) el pasado jueves.

Paellada antes del partido para la fiel hinchada azulona, que dada la importancia del encuentro, respondió e hizo pequeño el aforo del Fernando Torres. Todo era ilusión y sonrisas antes del pitido inicial, incluso se escuchó por megafonía el cumpleaños feliz para celebrar todos juntos los ‘34’ del capitán San José. Para evitar distracciones, el postre fue una tarta, nada de torrijas tan típicas en estas fechas. Había que estar bien centrados para una tarde tan importante.

No habría más celebraciones

Con las gradas abarrotadas de casacas azules, pero también con una buena legión de verdes toletenses bien ruidosos, arrancó un partido en el que los primeros compases fueron de tanteo y respeto por parte de ambos equipos. Una toma de contacto que fue toda una declaración de intenciones por parte de Calderón y Onésimo, dos compañeros en la franja, que se conocen y sabían que había mucho más que perder que ganar en el duelo. Sobre todo con los resultados del sábado en la mano.

Pasados 10 minutos aún continuaba entrando gente al Fernando Torres. El duelo más que en el césped estaba en la grada, donde la Doce Sur supo silenciar con sus cánticos a la hinchada toledana. Para entonces, apenas una par de llegadas sin peligro por parte del Fuenla en la que hicieron salir de su área al meta Pablo Alcolea para despejar de cabeza ante la presencia de Dioni y Velasco.

El Toledo dispuso de algunas buenas ocasiones durante el primer tiempo | Álex Ricöller
El Toledo dispuso de algunas buenas ocasiones durante el primer tiempo | Álex Ricöller

El Toledo puso el ‘uy’ en la grada tras un potente disparo desde la frontal que se marcho lamiendo el larguero de Isma Gil. Lejos de amedrentarse, el conjunto local tuvo la réplica de ipso facto con otra buena contra de Dioni.

El Fuenlabrada se sentía cómodo en su fortín

Los de Calderón dominaban el juego en el medio del campo donde Nana y Milla se hacían con la parcela ancha del medio. En el minuto 27 Cristóbal cogió la espalda de la defensa y encaró puerta desaprovechando finalmente una de las ocasiones más claras del partido. Todo el mundo la vio dentro, de hecho, el banquillo fuenlabreño se levantó para celebrarlo al verlo tan claro. Manos a la cabeza al saber que a este Toledo no se le puede perdonar.

Con bastantes trabas en el juego, llegó en el minuto 32 la primera amarilla del encuentro, la vería Fran García para los locales tras unas reiteradas faltas en la banda izquierda. Nadie protestó.

Quien sí lo hizo fue Onésimo, tras una falta que el colegiado gallego Pablo Brea no pitó en el medio del campo. Las intensas protestas del técnico vallisoletano encendieron a la grada visitante, en la banda opuesta, que silbó durante un buen rato la decisión del trencilla.

Las airadas protestas de Onésimo Sánchez le costaron la tarjeta amarilla | Álex Ricöller
Las airadas protestas de Onésimo Sánchez le costaron la tarjeta amarilla | Álex Ricöller


Cambio de planes para intentar sorprender

Pasada la media hora, Antonio Calderón pensó que había que mover piezas para intentar dar con la tecla. Llamó entonces a la banda a Isaac Nana y le pidió que se pegara más a la cal, que abriera más el campo para intentar sorprender a la zaga toledana con la zancada y potencia del ‘8’ ghanés.

Desde entonces Milla sería el dueño y señor del medio campo, distribuyendo y siendo el enlace entre la transición defensa-ataque azulón. El Fuenlabrada insistía en su ataque por la banda izquierda, pero ni Nana en su nueva ubicación ni Cris conseguían enlazar con un irreconocible Dioni para que se materializasen las ocasiones.

El Toledo inquietaba poco la meta defendida por Isma Gil. Owusu quería pero no podía, y eran Lolo Pla y Pablo González los encargados de crear el inocuo peligro visitante. Justo antes del descanso el Fuenlabrada tuvo la última en un córner botado por Milla que puso en aprietos a Pablo Alcolea.

El esférico dificilmente traspasaba el medio del campo | Álex Ricöller
El esférico dificilmente traspasaba el medio del campo | Álex Ricöller

El miedo a perder y el orden táctico fue el predominio de la primera parte, con defensas muy aplicadas y disciplinadas en la que los arqueros apenas tuvieron trabajo.

Segunda parte sin guión y llena de sobresaltos

Tras el paso por vestuarios, el Toledo pareció salir más enchufado, con la idea de que marcar era el objetivo prioritario. Eso liberó también al Fuenla que desatendió por unos minutos la defensa para volcarse en el ataque.

En el minuto 55, el árbitro paraba el choque tras un tremendo balonazo involuntario de Nana que impactó violentamente en el rostro de Pablo González. Aprovechando la pausa mientras atendían al ‘10’ toledano, Antonio Calderón decidió empezar a cambiar piezas. Borja Sánchez ocupaba el lugar de Isi. La consigna del técnico gaditano era clara, renunciaba al orden y talento del ‘10’ para explotar las bandas con la presencia del alcalaíno.

La salida de Borja dio un punto más de velocidad. Milla levantó el ‘uy’ y a los aficionados de sus butacas en el 57 con un derechazo fortísimo que se marchaba ajustado a la cepa derecha de la meta defendida por Pablo Alcolea.

Todos los balones pasaban por las botas de Milla | Álex Ricöller
Todos los balones pasaban por las botas de Milla | Álex Ricöller

Fue lo necesario para activar a un equipo que durante los minutos siguientes pareció creerse más que nunca que podía llevarse la victoria. La tensión empezó a apoderarse de los jugadores manchegos y De Lerma veía cartulina amarilla tras frenar con una impotente zancadilla por detrás a Milla.

Poco le duraría el refresco a Calderón

Sin embargo, en el minuto 67 confusión en la grada y gritos. En el terreno de juego, caído sobre el verde, se encontraba el recién ingresado Borja Sánchez. Pequeña tangana y corro de jugadores alrededor del colegiado que tras unos segundos pendiente de su pinganillo corre para amonestar con cartulina amarilla a Canario, y acto seguido mostrarle la roja a un Borja Sánchez que picó en la trampa toledana y quien aún se dolía en la cara tras el rifirrafe entre ambos.

La grada mostró su disconformidad con pañolada y gritos de ‘fuera, fuera’. El juego, incomprensiblemente, se reanudó con balón para el Fuenla en la zona en la que se produjo la agresión.

El imprevisto pudo ser motivo más que suficiente para venirse abajo, pero el Fuenla se creció –por enésima vez- ante la adversidad y resistió dignamente, aún perdiendo a su jugador más fresco y por el que seguramente hubieran pasado las ocasiones de los locales.

La banda en la sombra volvía a ser la más activa, tanto porque el Fuenla atacaba por el flanco derecho como porque el lateral toledano Adrián se mostraba incisivo en ataque y contundente en defensa. Tal ímpetu ponía el cedido por el Alcorcón, que en un despeje reventó el esférico sacándolo del Fernando Torres por encima de la tribuna.

Intercambio de golpes y ocasiones

Con 20 minutos por delante hizo su ingreso en el partido el habilidoso Samu Villa. El ex del Atlético de Madrid tuvo su ocasión nada más entrar, pero no llegó a conectar con el esférico por poco. Desde el banquillo local se pedía a la defensa que fueran al choque con él, que no le dejaran ni un palmo al escurridizo mediapunta.

Muy parecida fue la siguiente de Dioni en el 75, tras una falta botada por Milla que esta vez no llegó a empalmar el goleador fuenlabreño.

Dioni no llegó a conectar con el esférico por poco | Álex Ricöller
Dioni no llegó a conectar con el esférico por poco | Álex Ricöller

Tras esa acción, el partido entró en una dinámica en la que el punto volvía a contentar a ambos conjuntos que pensaban más de nuevo en lo que tenían por perder. Sin embargo una contra eléctrica y rápida del Toledo fue cortada con falta en la frontal por el Fuenlabrada. Los once jugadores del Fuenla defendían atenazados entre zona y barrera. Al final Pablo González pateó muy alto, a palos, como si de un oval se tratase.

El conjunto local volvió a contestar con otra internada por banda izquierda de Fran García a la que Dioni si llegó esta vez, pero que se marchó fuera por poco.

Diez minutos locos para acabar

A 10 minutos del final, el correcalles de ocasiones se calmó. Onésimo cambiaba a Castro por Roberto en el 82 y Calderón daba entrada a Velasco por Yaw en el 85 para dejar correr el crono.

Cuando parecía que ya estaba todo hecho y que ambos conjuntos daban por bueno el empate llegó la actuación estelar del colegiado Pablo Brea, quien en dos valientes decisiones decidió el encuentro. Primero, minuto 87, un polémico gol de Javi Gómez (había entrado en el 66 en lugar de Owusu) dejó helada a la tribuna del Fernando Torres. Contra todo pronóstico y tras la eufórica –y lógica- celebración manchega, el colegiado decidió anular el tanto del Toledo. Las airadas protestas tras la celebración toledana significaron la amonestación para el propio Gómez.

Poco después, cuando el partido agonizaba en el último minuto del añadido, internada por banda derecha del Toledo que llega a línea de fondo y balón colgado al punto de penalti. Un salto en la pugna por el esférico entre Lolo Pla y Paco Candela acababa con el ‘7’ del Toledo en el verde. Un choque en el que el trencilla y asistente vieron empujón dentro del área del central alicantino y que castigaron con la pena máxima. Pla no falló y marcó un gol que coincidía con el pitido final.

Lolo Pla no falló desde el punto de penalti ante Isma Gil | Álex Ricöller
Lolo Pla no falló desde el punto de penalti ante Isma Gil | Álex Ricöller

Jarro de agua fría en el último minuto

Desde el 2 de noviembre no perdían los de Calderón en casa, y más de una vuelta después, la derrota llegó de la misma trágica manera, volando un punto del fortín fuenlabreño en los últimos minutos.

El Toledo festejó los importantísimos 3 puntos junto a su afición | Álex Ricöller
El Toledo festejó los importantísimos 3 puntos junto a su afición | Álex Ricöller

Semana trágica para los sureños que ven como se les escapa algo más que un punto. El conjunto de la ciudad imperial se adelanta en el sprint final por un sueño común, estar presente en los bombos del play off y muestra su candidatura a reinar el grupo a cinco jornadas del final.

Pese a ser una semana para olvidar, en el Fernando Torres pueden decir bien alto y orgullosos que son subcampeones de Copa Federación y que siguen en puestos de playoff a falta de 15 puntos por jugarse. Temporadón histórico y para quitarse el sombrero pase lo que pase.