La afición racinguista siempre se ha caracterizado por su fidelidad hacia su equipo. En los años gloriosos del equipo en primera división, más de 16.000 aficionados retiraban el carnet de abonado y casi llenaban domingo tras domingo las gradas de El Sardinero. Sin embargo, la historia muchas veces es caprichosa y provoca caídas muy difíciles de parar.

Y es que apenas diez años después, el Racing mantiene una estructura fiel de aficionados. El propio club anunciaba que se rebasaban los 8.100 abonados al comienzo de esta temporada, una cifra que supera a los abonados del pasado año. Es cierto que es muy difícil mantener una masa social de abonados en Segunda División B, y más cuando se han saboreado las mieles del éxito y los grandes equipos solo pueden visitar Santander en partidos de Copa del Rey o en algún que otro amistoso.

El final del pasado curso, el Racing vivió un sueño del que fue despertado muy bruscamente, tras el varapalo que supuso la derrota en Santander contra el filial del F.C. Barcelona y que cerraba definitivamente las puertas del ascenso a la Liga 1,2,3. Fueron dos semanas de comunión e ilusión entre la afición y el equipo, que provocó grandes colas en las taquillas del estadio para poder ver, primero al Villanovense y, después, al F.C. Barcelona B. Esa ola de racinguismo se ha podido mantener e incluso ha podido animar a muchos seguidores, que dejaron de ser abonados por diferentes motivos, a volver al estadio.

El pasado año por estas fechas, el Racing superaba por poco la cifra de 7.500 abonados, por lo que se ha podido incrementar esa cifra en una cantidad próxima a los 600 nuevos socios. Es una cifra más que respetable, aunque desde el club siempre se ha tenido el objetivo de llegar a los 10.000 abonados. Sin duda, se trata de una cifra importante y, de momento, lejana pero no se descarta que a través de buenos resultados, el fiel aficionado racinguista que sigue al equipo desde su casa, decida volver a El Sardinero.