Aunque un poco más tarde de lo que hubieran deseado los aficionados blanquirrojos, el ansiado delantero centro llegó al Logroñés. Ha sido hace escasos minutos, en la tarde del 31 de agosto, a menos de un día para el cierre del mercado. Pero más vale tarde que nunca. La espera, sobre el papel, ha merecido la pena. Porque Iván Aguilar es un "9" sobradamente contrastado y con notable experiencia en la categoría. Él será el encargado de dar un salto de calidad al equipo, que parece en condiciones de pelear por el ascenso. La ilusión se ha desatado en la capital riojana y se espera que esta incorporación dispare las ventas de abonos por encima de los 3000. Además, el rendimiento del equipo, con dos victorias ligueras y otra en Copa, invita a soñar.

La carrera del jugador de Benalmádena ha sido muy dilatada. Comenzó en los juveniles de su pueblo, pasando con apenas 19 años a jugar en Tercera, en el Atlético Malagueño, filial del conjunto de La Rosaleda. En su primera temporada con los boquerones, ya consiguió anotar 14 tantos, además de jugar playoff. Tras otra temporada en el filial, Iván decidió marcharse fuera de España a labrarse un porvenir. Lo hizo en Austria, en las filas del Austria Lustenau. Sin embargo, tras una temporada en el país centroeuropeo, volvió a su Andalucía natal para defender la elástica del Xerez Deportivo. Solo permaneció medio año en el conjunto de Chapín, por entonces de Tercera, aunque los jerezanos acabarían al final en Primera Regional.

Debut y consolidación en bronce

En invierno de 2014 comenzó su andadura en la Segunda B, de la mano del Nástic de Tarragona. En su primera etapa, apenas sin protagonismo, logró disputar solamente tres partidos, logrando aun así un tanto. El club tarraconense decidió cederle al San Roque de Lepe, también de Segunda B. En la tierra de los chistes logró rendir a buen nivel, ayudando a salvar cómodamente al equipo con ocho tantos. Al terminar la temporada, volvió hacia el Nou Stadi, donde le volvieron a ceder otra campaña más, esta vez hacia el UCAM Murcia, de cara a la 15/16. En el conjunto universitario alcanzó su mejor rendimiento como futbolista, nada más y nada menos que catorce tantos y un ascenso.

Glorioso desenlace

Durante la fase regular, su participación en el club católico fue importante durante el año, pero clave en la promoción. Tras ganar su grupo, el UCAM se iba a enfrentar al Real Madrid Castilla en la eliminatoria directa por el ascenso. Ahí, Iván Aguilar fue la completa estrella, marcando tres de los cuatro tantos de su equipo. En el partido de ida, y con su equipo por detrás en el electrónico, logró un doblete para remontar y poner patas arriba a la afición de La Condomina. En la vuelta, su tanto puso el 0-1, dejando ya el ascenso muy cerca para su equipo. Ese fue sin duda el mejor momento de su carrera, ver como sus goles le iban a convertir a él y sus compañeros en futbolistas profesionales a todos los efectos. El malagueño pudo así disfrutar de la Segunda División. En la liga de plata empezó con buen pie, jugando los 90 minutos. Y no en cualquier sitio, sino en el histórico campo de La Romareda.

Sin embargo, no pudo jugar ningún minuto más ese curso. Al término del contrato, quedó libre y se convirtió en jugador del Recreativo de Huelva. Pero ni su año ni el del Decano fue bueno. El equipo onubense no hizo ni de lejos su mejor temporada y solamente consiguió salvarse, sufriendo penurias deportivas y económicas durante toda la temporada. A pesar de todo, el punta siguió en el Recre, jugando incluso la segunda parte del primer partido de la 17/18, frente al Cartagena en Cartagonova. Pero el último día de agosto rescindió su contrato, para viajar a Logroño y convertirse en futbolista del Logroñés, completando una delantera más que interesante. Ñoño, Rayco, Espina, Germán, Marcos André y ahora Iván Aguilar. Seis jugadores para soñar. Y aún se esperan movimientos de última hora en las oficinas de Las Gaunas. El fax está echando humo...