El 6 de febrero, en torno a las cuatro de la tarde, se desató un pequeño terremoto en las oficinas de Las Gaunas. No por esperado dejó de ser sorprendente. En una rueda de prensa ante los medios, Carlos Pouso decidía poner rumbo a Cantabria para sustituir a Viadero como entrenador del Racing de Santander, dejando lógicamente su actual cargo en la Unión Deportiva Logroñés. La noticia no ha sentado especialmente bien entre los aficionados de la entidad blanquirroja, que entienden que no es lo ideal reforzar a un rival directo en plena temporada y que quizás tampoco las formas han sido las adecuadas. En este deporte, la actualidad manda y según ha reconocido el leioztarra, era una buena oportunidad para tratar de conseguir el ascenso.

Ahora, la estructura del club deberá buscar un sustituto, máximo responsable de la parcela deportiva. Mientras tanto, el vicepresidente, Juan José Guerreros, ha asegurado que faltan dos fichajes por hacerse y que ambos están o cerrados o muy cerca. El primero podría responder al nombre de Salva Chamorro y el segundo parece salir de una lista de candidatos que maneja el actual técnico Sergio Rodríguez. En este momento, quedan dos fichas disponibles y el club espera rellenarlas en un breve espacio de tiempo para poder afrontar el final de temporada con más garantías. Buscar un "9" es la obsesión de afición, entidad y directiva. Pero a pesar de no haberlo encontrado, el equipo presenta notables cifras en ataque.

Juan José Guerreros y Carlos Pouso, en rueda de prensa (fuente UD Logroñés)
Juan José Guerreros y Carlos Pouso, en rueda de prensa (fuente UD Logroñés)

Trío ganador

La tripleta ofensiva blanquirroja está consiguiendo ser la mejor de toda la categoría de bronce. 28 dianas suman ya Rayco (11), Marcos André (9) y Ñoño (8) que se han convertido por méritos propios en la delantera con mejores guarismos de toda la categoría. Y todo ello, a pesar de no llegar con la vitola de jugador clave. Ese rol le tocó a Iván Aguilar, que sin embargo acabó dejando La Rioja tras haber conseguido marcar solamente un tanto y desde el punto fatídico. No tuvo suerte el de Benalmádena, que defenderá ahora la elástica del Mérida. Tampoco Germán Suárez, que llegó y se fue sin pena ni gloria, curiosamente a la misma escuadra que Aguilar. Por otra parte, Titi tramitó su alta federativa y estuvo ya convocado la pasada jornada, en otra gran noticia.

Rayco se está erigiendo en la gran estrella, estando solamente a tres goles de batir su mejor registro goleador. Llamativa está siendo la progresión de Marcos André, un futbolista joven pero con claro futuro en el fútbol profesional. El trío lo completa Ñoño, un desequilibrante jugador que ya demostró sus cualidades en el Rayo Majadahonda. El de La Bahía peca en ocasiones de irregular, pero es cierto que cuando logra enchufarse, es letal para la zaga contraria. El peso específico de estos tres jugadores en materia anotadora es crucial para la buena marcha de la UDL, ya que acumulan el 80% de los tantos totales de la entidad. 

Escasa, en comparación con otras campañas, está siendo la aportación de la mediapunta. Muneta ha sumado tres tantos desde segunda línea, pero ningún otro jugador ha logrado sumar cifras similares. Espina, por su parte, aporta muchísimo trabajo al equipo, pero no ha conseguido aún batir la meta contraria. Sí que lo han hecho Carles Salvador, Paredes y Álvaro Arnedo. El riojano, formado en la cantera blanquirroja, ha progresado hasta convertirse en una de las sensaciones de la categoría. Tiene 21 años y un prometedor devenir por delante. Por condiciones y lectura del juego en sala de máquinas, parece carne de fútbol profesional en pocos años. Quién sabe, quizá pueda convertirse en profeta en su tierra. Las Gaunas está rendido a él, y por si fuera poco, el pasado domingo logró anotar su primera diana como profesional frente al Burgos. El mediocentro está viviendo un sueño. 

Arnedo, presente y futuro del Logroñés (fuente UD Logroñés/ riojapress)
Arnedo, presente y futuro del Logroñés (fuente UD Logroñés/ riojapress)

Sergio y la búsqueda de un estilo propio

Parece claro que el Logroñés tiene como meta última formar parte de la Liga de Fútbol Profesional. Sergio Rodríguez, un preparador riojano, ex jugador y perfecto conocedor del club, está dejando su sello. Hasta la fecha, ha dirigido en 37 encuentros a la UDL, con un resultado de 20 victorias, 9 empates y 8 derrotas. Un balance que no es casualidad. Sergio va a la contra. Lo normal en el Grupo II de Segunda División B es proponer un fútbol físico, basado en la solidez defensiva y la búsqueda de oportunidades mediante segundas jugadas, balones largos y acciones directas. En un grupo con equipos vascos, navarros, asturianos, cántabros y burgaleses, parece lo lógico. Pero lo difícil es innovar, lo complicado es buscar algo que los demás no hagan.

En Las Gaunas no se ven apenas pelotazos. La consigna es casi siempre la misma: sacar el balón jugado y presionar al rival. Probablemente, los de los 7 valles sean los que mejor tratan el cuero de toda la división de bronce. Arriesgando en ocasiones más de lo debido, tratan de generar superioridades desde área propia. Los laterales tienen una importancia capital en su esquema. Paredes y Santos son dos auténticos puñales ofensivos, que recorren toda la banda, pareciendo en ocasiones auténticos extremos. El Logroñés no necesita un delantero tanque, en lugar de ello, Marcos André sacrifica la estatura por una mayor movilidad. Otra característica clave del juego del equipo es la presión intensa, propiciando pérdidas del rival. 

Pese a dominar el juego posicional, los riojanos también saben aprovechar los contragolpes. Rayco y Ñoño son auténticas balas que generan situaciones muy peligrosas en apenas segundos. Por fútbol demostrado, el conjunto riojano debería ir varios puestos arriba en la clasificación. Sin embargo, la realidad es distinta, quinta posición y 40 puntos. El bloque blanquirrojo ha perdido varios partidos esta temporada por no saber aprovechar sus ocasiones y tener fallos defensivos puntuales, siendo superiores al rival en casi todas sus actuaciones. El club está siendo capaz de lo mejor y de lo peor, llevándose el gato al agua en tres canchas dificilísimas como Lezama, Urritxe o Urbieta, pero no habiendo conseguido ganar a Lealtad, Caudal, Vitoria o Peña Sport, todos ellos en posiciones rojas.

Partido ante la Real Sociedad B (fuente riojapress)
Partido ante la Real Sociedad B (fuente riojapress)

Momento dulce

Pese a los altibajos anteriores, la entidad ha entrado ahora en una senda ascendente, acumulando 18 de los 24 últimos puntos en liza y logrando mantenerse invictos desde el 26 de noviembre, cuando el líder Sporting B batió a los de Sergio en el Pepe Ortiz, campo más inexpugnable del grupo. Desde entonces, cinco victorias y tres empates, algunas de ellas ante rivales directos como Racing de Santander, Bilbao Athletic y Burgos. Especialmente ilusionantes fueron los dos últimos partidos. En Urritxe, el combinado blanquirrojo venció por 1-3, pero demostrando unas sensaciones de equipo gigante. Creó hasta diez ocasiones claras y dominó al Amorebieta durante gran parte del choque, reponiéndose además al empate zornoztarra.

En Las Gaunas, la mejor defensa del grupo fue minimizada por un gran Logroñés. Los locales vencieron por 2-0, pero pudieron hacerlo con más holgura. El asistente anuló dos jugadas que acabaron en las mallas y los atacantes blanquirrojos gozaron de tres o cuatro ocasiones manifiestas, entre ellas un mano a mano. En resumen, hacía mucho tiempo, o quizá nunca en la (corta) historia del club, que no se veía tan buen fútbol domingo tras domingo. Es cierto que Carlos Pouso logró llevar al club a dos "playoff" consecutivos, pero la fisonomía del equipo no tenía nada que ver con el actual. Aquel Logroñés era físico y sólido y el balón en los pies no era su mejor arma. En fútbol hay muchas maneras de llegar al éxito. Cuestión de gustos...