Un hombre humilde, trabajador y con amor hacia sus colores, los de su pueblo. Ese es Pedro Dólera, entrenador del Prat que el pasado domingo en la Feixa Llarga llegó a la friolera cifra de 50 partidos dirigiendo el barco potablava. En dos categorías diferentes ha sido el hombre clave de este conjunto que está decidido este año a asentarse en la división de bronce del fútbol español tras arrasar en Tercera el curso pasado. 

Un entrenador-aficionado

Con esa extraña palabra podríamos definir al técnico del Prat y es que Dólera siente los colores potablava como pocos debido a que vive en el Prat de Llobregat y a que, en su época de jugador, vistió la elástica de este equipo. Disfruta de las victorias como el que más y sufre con las derrotas como el aficionado más fiel a su equipo, un auténtico entrenador que entiende a la perfección al aficionado que se va a casa mosqueado cuando las cosas no salen como deberían. Podríamos decir que Pedro Dólera es un aficionado que tiene la fortuna de vibrar del Prat desde dentro del vestuario. 

Balance positivo y récord envidiable

En su segunda temporada al mando del AE Prat Dólera acumula un balance de 25 victorias, 20 empates y solo cinco derrotas. Estos grandes números hicieron posible el ascenso el curso pasado a la Segunda B tras eliminar a Osasuna Promesas en el, probablemente, partido más importante que ha vivido el técnico en el banquillo potablava. Si ese hecho fue posible es gracias a un récord envidiable que mantiene vivo el míster, desde el 21 de diciembre de 2014 cuando el Figueres logró llevarse los tres puntos del Sagnier. Desde entonces, nadie ha sido capaz de ganar en el feudo del Prat. Casi dos años después, Dólera sigue acumulando partidos en casa sin conocer la derrota, toda una hazaña impresionante.