El Ebro volvió a demostrar lo difícil que es ganar en el campo de "El Carmen", pues solo Atlético Levante, Atlético Saguntino y Barcelona B han conseguido llevarse los 3 puntos de la capital aragonesa. El humilde equipo del barrio de La Almozara de Zaragoza venció ante todo un Hércules, equipo de renombre tanto en el grupo como en el fútbol español.

El Hércules llegaba a Zaragoza con ganas de seguir luchando por entrar en playoff, pero a sabiendas de lo difícil que era jugar y ganar en un terreno de juego como el del Ebro. Finalmente se ahogó en el intento de batir la portería de Javi Montoya y ve cada vez desde más lejos los puestos de promoción de ascenso.

Por contra, el conjunto dirigido por Emilio Larraz, con la permanencia virtualmente conseguida, se emplea a fondo por conseguir alcanzar una plaza que de derecho a jugar la Copa del Rey la próxima campaña. Así lo demostró el domingo, volviendo a ganar y puntuar, y certificando de nuevo la buena racha que atraviesa el equipo maño.

Muro infranqueable del Ebro

El equipo alicantino se encontró a un Ebro dispuesto a brindarle otra victoria a su afición y a generar ilusión de cara a jugar la Copa la temporada que viene. Los zaragozanos, muy cómodos en casa, hicieron imposible el juego del Hércules, que no era casi capaz de pasar la defensa del equipo arlequinado, y si no por contra se encontraban con los guantes de Montoya.

La primera parte fue de idas y venidas, de un área a otra, sin excesivas ocasiones de peligro por parte de ambos equipos.

A los pocos minutos de comenzar la segunda mitad, el Ebro se encontró con un posible "gol fantasma" que tanto jugadores como afición reclamaron, pero que no subió al marcador. Poco después, llegaría finalmente el primer y único gol del partido, de la cabeza de Javier Paredes al final de la red, tras un córner perfectamente botado por Óscar Valero, quien se apunta ya a todos los balones parados.

Ese gol hundiría aún más al Hércules, quien si ya veía difícil acercarse al gol, más lejos veía la victoria. A pesar de ello, siguieron intentando una y otra vez llegar al área rival, por medio de un juego directo que no dio los frutos deseados. Mientras los alicantinos intentaban el gol del empate, Gabarre pudo sentenciar el partido para los locales y hundir más al Hércules, tras regatear a Iván y enviar el balón al lateral de la red.

En los últimos minutos se vio a un Hércules que no se rindió hasta el final y lo intentó de todas las maneras posibles, haciendo a Montoya emplearse a fondo en alguna acción. A pesar de ello, la defensa arlequinada se volvió a mostrar como un muro muy difícil de atravesar.