Un grupo complicado. Una tabla más difícil de lo normal. Ni siquiera dependes de ti para alcanzar el objetivo que te marcaste antes de que empezase la temporada; cuando las opciones de conseguirlo estaban, literalmente, más cerca de lo que están ahora. Entonces, ¿por qué seguir?

Los amarillos saben que no será un camino fácil, que los tropiezos pueden suponer ‘objetivar el objetivo’ y clasificarlo como inalcanzable. Pero los diamantes se forman bajo presión y el Villarreal ha demostrado todos estos años que es capaz de que su fútbol base y filial funcionan como una cantera, como una mina de grandes futbolistas.

Comienza el mes de abril, visualizamos la conclusión de la temporada y esperamos una recta final en la que más o menos se puede conocer qué es lo que va a pasar. Pero el Villarreal no cree en premoniciones ni en suposiciones. Tampoco va a aceptar la quinta plaza. Ni siquiera hay lugar para encajar una duda. El conjunto castellonense sostiene sus pretensiones y, aun sabiendo que depende de un pinchazo de los de arriba, no aflojará la cuerda. La jornada pasada consiguieron alimentar el sueño y sufrieron una inyección de moral venciendo al Espanyol B fuera de casa tras cuatro meses sin lograrlo Por lo pronto, recibirá en su Ciudad Deportiva al CD Ebro el próximo sábado a las 18.00 horas, un rival directo que no le pondrá las cosas sencillas al filial del Villarreal.

Siete finalísimas le esperan a los de Paco López. Siete encuentros donde dar el 100 por cien es quedarse corto. Siete batallas para jugar con fuego y jugar a lo que mejor saben: al fútbol. El Submarino Amarillo ha puesto nombre a los siete buques que pretende hundir: CD Ebro, Saguntino, Hércules, Atlético Levante, Alcoyano, Atlético Baleares y Mallorca B. Los límites, a menudo, son solo una ilusión y el conjunto grogueta quiere demostrar que con sacrificio las ilusiones serán realidades. El sueño del ascenso está a tan solo seis puntos y el Villarreal B no se detendrá hasta convertir la presión en diamante.