El campo municipal de Santa Eulalia vibró ayer en el minuto 77. Los rojiblancos fueron los que inauguraron el primer derbi pitiüso en la liga de bronce del fútbol. 0-1 fue el resultado de un partido que se debatió entre dos estilos muy diferentes. Riera fue el encargado de crear sensación a la afición formenterense, que coreó el nombre de su equipo desde el primer minuto de juego.

El equipo de Dani Mori y los rojiblancos bailaron durante los primeros 45 minutos con un juego respetuoso que finalizó en la segunda parte. Sin embargo, fue el equipo de la pitiüsa menor el que llevó la batuta a partir del minuto 12, pues los largos balones de Denis hacia el extremo de la peña para que su equipo contraatacara fueron en vano, ya que los santaeulienses finalizaron la primera parte soñando con pisar el centro.

Tras un comienzo mucho más rojo que blanco, los peñistas irrumpieron fuerte en el campo y rebasaron los dos flancos poniendo en alerta a sus visitantes. La afición peñista salió de su característica pasividad en el minuto 46 cuando Jandro ajusto a la izquierda de la portería y el balón fue decidido al gol. Pero Contreras rozó el balón con los dedos desviándolo, hazaña que se repitió minuto más tarde, cuando fue Fran quién casi hace saltar de emoción a los blancos.

Marcos Rosa fue el tercer jinete encargado de estar cerca de cruzar la línea de gol rematando dos veces por encima del larguero en los minutos 52 y 54. Los peñistas habían cogido las riendas del partido, pero para que no cupiera lugar a dudas, Pau Pomar lanzó a larga distancia lo que en algunos instantes pareció ser un gol, sorprendiendo tanto al equipo contrario como a la afición.  Pero el  guardián rojiblanco demostró no tener las de perder cuando adelantándose en la portería desvío con fuerza el balón. Los peñistas parecían haberse dejado la puntería en algún sitio que no en casa.

Los últimos minutos parecían el prefacio de un redondo empate cuando en el minuto 77 la balanza se desequilibró a favor del Formentera y los tambores de la afición invitada resonaron por todo el campo. El frenetismo que había causado la entrada de Riera por el flanco derecho culminó en el primer gol del equipo en calidad de Segunda B.

Durante los últimos 13 minutos los peñistas no perdieron la esperanza de un empate merecido. Sin embargo, los de Dani Mori no consiguieron ganar el duelo frente al equipo de Tito García. Los tres primeros puntos se sumaron al marcador de un Formentera que empezó pisando fuerte en la liga, pero ambos equipos contentaron a la afición mostrando mucho más fútbol en este primer partido, en el que demostraron el ascenso de categoría.

 

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