El Formentera ya es historia de esta Copa del Rey. Por segundo año consecutivo, volvió a pasar todas sus eliminatorias necesitando irse más allá de los 90 minutos y tumbó a una UD Logroñés que disputó toda la prórroga con un hombre más.

Epicidad a raudales por la isla pitiusa. No hay lugar a la duda, de los partidos más vibrantes de la historia de ambos clubes, pero solo podía haber un vencedor y ese fue el que ya suele ser habitual, el equipo de Tito García Sanjuán.

Y eso que el partido comenzó más frío, sin grandes ocasiones de gol, solo hubo una a balón parado que desbarató a la perfección Marcos Contreras. Ni se rompió el 'cerocerismo' inicial en los primeros 45' de juego, nadie podía imaginar lo que se venía en los restantes.

La fe pitiusa

Tras el descanso, los logroñeses metieron una marcha más y esto se vio reflejado en el marcador. En el 51', Aguilar hacía el primero con un disparo cruzado, y en el 70', Marcos André anotaba lo que parecía la sentencia del choque.

Pero ni mucho menos fue así, la SD Formentera no podía irse de esta Copa sin sumar un momento épico más. El segundo gol, más que hundirles, les espoleó hacia arriba y en el 82' Bruno recortaba distancias instalando en las gradas de un claro sueño, el de la remontada.

Con un jugador menos, remontaban un 0-2 a falta de 8' para el final

Para más inri, el propio Bruno no podía continuar en el partido con todos los cambios ya realizados y la tarea se antojaba aún más difícil. Pero no imposible: los pitiusos parecen haber nacido para competir en esta Copa y a falta de pocos minutos para el final igualaban con un tanto de Kingsley que mandaba todo, una vez más, a la prórroga.

En el tiempo extra, los locales estaban en su zona de confort, en una franja que siempre les ha aguardado alegrías. No fue menos esta vez, dentro de un partido que ya estaba completamente loco. A los cinco de juego, Dailos ponía a los baleares por delante tras una acción individual, pero tan solo unos minutos después Muneta establecía la igualada de nuevo desde los once metros.

Todo parecía destinado a decidirse por penaltis por quinta ocasión consecutiva para los formenterenses, pero el destino les tenía preparado un 'momentazo' más: Gabri recogía un balón al borde del área, disparaba, un zaguero desviaba el cuero y éste entraba manso al fondo de las mallas de Fermín.

Éxtasis por Formentera, el final de la historia ya lo saben, aguante hasta el pitido y otro momento histórico para ellos: por segundo año consecutivo, recibirán a un club de la élite del fútbol español como ya hicieron con el Sevilla FC. Aplauso para ellos.