El Real Murcia está enrachado y con los playoffs entre ceja y ceja. Así podríamos resumir el estado actual de un conjunto que está de dulce, sacando adelante lo que antes eran pinchazos de campeonato y dejando buenas y firmes sensaciones. El Córdoba B aguantó una hora de juego, pero el tanto de Guardiola los tumbó de lleno en el tapete murciano.

El partido arrancó sin brillanteces en ninguno de los dos contendientes. Los locales sabían de lo peligroso que era un filial como el del Córdoba, y por el otro bando también eran más que conscientes del estado actual de los murcianos. Nadie quería errar.

El equipo de Mir disponía de la posesión del cuero y aunque parecía tener más que controlado el encuentro, fueron los visitantes quienes tuvieron las más claras para inaugurar la contienda. Moha sembraba el pánico con sus arrancadas, pero la suerte no estaba de cara para los cordobeses que vieron en un inoportuno resbalón de Brian como erraban su ocasión más clara de gol. Eso sí, con permiso de la que dispuso poco después el central Pablo Vázquez con un disparo tras jugada personal. 

Pegada como cura

El conjunto grana siguió con la tranquilidad de que haciendo las cosas bien y siguiendo su plan de juego, su oportunidad llegaría. Y así fue, desde los once metros. El guardameta Valera cometía penalti sobre Guardiola y el mismo se encargaría de ejecutarlo sin mayores problemas (1-0). Apenas un par de minutos después, era Curto quien terminaba de matar el encuentro 'de golpe y porrazo' (2-0).

Tras estar más de una hora luchando dignamente sobre el césped de la Nueva Condomina, el Córdoba B claudicaba en dos minutos fatales revolucionados tras la salida de Isi. Un golpe que fue letal para los jóvenes futbolistas entrenados por Jorge Romero.

Un duro varapalo al que no pudieron responder en gran parte culpa por el buen hacer defensivo del entramado pimentonero. Así se quedaron los tres puntos por Murcia, que dejan a los locales a tres puntos de los puestos de playoffs ocupados en último lugar por su próximo rival, el Marbella. Final a la vista...

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