Quizá no haya sido el primero en señalar que "el fútbol es un estado de ánimo", sin embargo, cuando Jorge Valdano pronunció estas solemnes palabras, adquirieron una trascendencia casi divina, como si del undécimo mandamiento del catolicismo se tratase. Hoy en día, en cualquier conversación futbolera de barra de bar podemos escuchar esta sabia cita, pero bien, ¿hasta qué punto son ciertas estas palabras? Desde luego, si se toma como ejemplo la categoría de plata del fútbol español, la "frasecita" en cuestión no puede tener más sentido.
Como cada año, tres equipos abandonan la élite para adentrarse en la tortuosa Segunda División, no para disfrutar de ella, sino más bien para tratar de abandonarla cuanto antes. Siguiendo con el estado de ánimo, estos serán "los deprimidos". En el extremo opuesto, cuatro clubes dejan atrás el barro de la categoría de bronce para disfrutar de la Liga de Fútbol Profesional. Son, sin lugar a dudas, "los soñadores". El último elemento de esta particular ecuación lo conforman el grueso de equipos que, con mayor o menor fortuna, ya compitieron en Segunda la pasada campaña. Algunos de ellos lograron el objetivo al esquivar el descenso y otros se quedaron a las puertas del Olimpo que representa la Primera División al caer eliminados en el PlayOff o, en el peor de los casos, al quedarse fuera del mismo. Este grupo, compuesto por la inmensa mayoría de equipos, recibe el nombre de "los luchadores".
Fuera como fuese, está a punto de arrancar una nueva campaña. Cronómetro a cero. Todo lo vivido anteriormente forma ya parte del pasado. Para los aspirantes a todo, nuevas ilusiones y nuevos desafíos que se vislumbran en el horizonte.
En un fútbol que cada vez es menos fútbol y más negocio, la Segunda División se convierte en el último bastión de la igualdad, del equilibrio, del no saber que puede ocurrir cada vez que el cuero rueda sobre el césped. Algo mágico, ¿no crees? Muy lejos quedan los salarios astronómicos y los traspasos multimillonarios vistos durante el presente mercado estival, que no hacen otra cosa que desequilibrar la balanza a favor de una minoría elitista. ¡Bendita austeridad!
Abróchense los cinturones, porque vienen curvas. Desde que el esférico se ponga en movimiento el próximo 18 de agosto, en el choque que medirá al Lorca y a la Cultural Leonesa (20:00 horas) en el Francisco Artés Carrasco, la montaña rusa de emociones no dará tregua. 42 jornadas, a las que se deben sumar los encuentros correspondientes al PlayOff de ascenso, que exprimirán al máximo a todos y cada uno de los protagonistas. En total, 11 meses de competición que harán las delicias de los hinchas. ¿Aún recuerdas cuando en el colegio colocabas dos chaquetas para delimitar la portería y emulabas a tus ídolos chutando una lata de refresco? ¡Es hora de disfrutar "como un enano" pues el fútbol está de vuelta!
Una ¿larga? travesía por el desierto
Granada, Osasuna y Sporting de Gijón no dieron la talla en la élite la pasada campaña y han caído al "infierno" de la Segunda División con total merecimiento. Si en una de las temporadas donde la permanencia en Primera ha estado más "barata" y, aun así, apenas has logrado sumar 30 puntos, te has ganado a pulso el descenso…
No obstante, temporada nueva, vida nueva. A eso precisamente aspiran los tres equipos recién descendidos, conscientes de la dificultad que entraña la categoría, y si no que se lo pregunten a históricos de la talla del Mallorca o el Elche... De este modo, Granada, Osasuna y Sporting tratarán de consolidarse en los puestos altos de la clasificación desde el inicio, tal como hizo la temporada pasada el Levante, y así regresar a Primera por la vía rápida.
El Getafe ya demostró que, haciendo las cosas bien, es posible volver a la élite de inmediato, pero, ¿serán capaces estos tres clubes de repetir la gesta azulona? ¿Será esta campaña un simple paréntesis o, por el contrario, se instaurará la mediocridad en Pamplona, Granada y Gijón? Para comprobarlo aún habrá que esperar algunos meses.
Caras nuevas y viejos conocidos
Cultural Leonesa Albacete, Barça B y Lorca FC conforman la otra cara de la moneda. Para ellos la Segunda División representa el cielo en la Tierra, la oportunidad mágica de salir del barro y situar su fútbol en el panorama nacional.
Cultural Leonesa y Albacete, dos clásicos que regresan al fútbol profesional años después con el objetivo de recuperar el prestigio que antaño desprendían. Tarea nada sencilla. Es necesario tener en cuenta que en una categoría tan apretada como la Segunda División nadie regala nada y solo con el nombre y el escudo no se llega a ninguna parte. ¡Toca "dar el callo" más que nunca!
El caso de los filiales siempre es especial. Una buena hornada de canteranos te puede llevar a la gloria aunque, generalmente, el éxito es efímero. Lo justo para que bien el primer equipo o bien otros clubes se nutran de sus mejores futbolistas ¡Así es la vida! El Barça B aterriza en Segunda tras dejar fuera al Racing de Santander en el PlayOff de ascenso y, junto al Sevilla Atlético, personificará la juventud, el desparpajo y las ganas de triunfar. Muy atentos pues los pupilos de Gerard López prometen dar espectáculo en cada choque.
Por último, el Lorca FC. Una década después, la ciudad murciana volverá a disfrutar de la categoría de plata con el Artés Carrasco como escenario principal. Lamentablemente, el carismático David Vidad no dirigirá a los lorquinos tras ser cesado una vez conseguido el ascenso. Aún así, el equipo propiedad de Xu Gembao aspira a dar mucha guerra este curso.
La bola de cristal se ha quedado sin pilas
Todo puede pasar. Así de simple. Si algo ha demostrado la Segunda División en los últimos años es ser una absoluta "caja de sorpresas". Equipos recién descendidos que vuelven de inmediato a la élite, equipos recién descendidos que se hunden en la mediocridad y el pesimismo, equipos recién ascendidos que dan la sorpresa y se cuelan entre los más grandes del fútbol español y equipos recién ascendidos que vuelven al "pozo" de Segunda B por la vía rápida. A ello hay que añadir "los camuflados", aquellos que llevan varios años en Segunda y que, para lo bueno o para lo malo, pueden "dar la nota" este curso. Lo dicho, todo es posible.