En muchas ocasiones hablamos de las curiosidades del fútbol y no solemos hacerlo una vez al año, sino que repetimos expresiones y clichés una y otra vez. Un nuevo ejemplo lo vivimos en Alcorcón. En los últimos partidos, el conjunto amarillo se complicó el playoff, en gran parte, por recibir tantos en los primeros minutos de partido y ante el Sabadell, cuando más se jugaba el equipo alfarero, ocurrió todo lo contrario. A los cinco minutos y tras desperdiciar una ocasión en la misma jugada, Fernando Sales anotó de tacón el 1-0 aprovechando un disparo desde la frontal de Sergio Mora, titular en el equipo de Bordalás. La maldición se transformó en bendición y despejó el camino.  

Lejos de frenar sus acometidas hacia el área rival, el Alcorcón incrementó aún más el ritmo y tuvo varias ocasiones para ampliar el marcador en el primer cuarto de hora de juego. La más clara la tuvo Oriol Riera, pero su disparo a bocajarro lo despejó De Navas que acabó recibiendo a continuación un balonazo en la cara de un compañero demostrando nuevamente que no era el día de la zaga visitante.

Con el Alcorcón recuperando su mejor versión, el 2-0 era cuestión de tiempo y antes de la media hora llegó el premio. Juli hizo suyo un balón en el interior del área, miró a portería y con un disparo ajustado al palo izquierdo de De Navas amplió la renta para tranquilidad de la grada de Santo Domingo. Los corazones alfareros se dieron un respiro tras el segundo y terminaron de recuperar su pulso normal con el tercero, pocos minutos después. El 3-0 fue obra de Kike López que sentenció el choque con un potente derechazo desde el interior del área. Uno, dos y tres, playoff en el bolsillo.

Al descanso se llegó con mucha tranquilidad y con la misma sensación se disputaron los primeros minutos de la reanudación. Con el marcador sentenciado, el Alcorcón buscaba el cuarto tanto con una o dos marchas menos y las ocasiones no llegaban. Juli era el jugador que más lo intentaba y debido a ese desgaste físico fue el primer cambio del Alcorcón. El número 15 amarillo dejó su sitio a Miguélez en un intento de Bordalás por darle más frescura y color a su equipo.

El Sabadell, desaparecido en ataque durante gran parte del partido, aprovechó el paso de los minutos para controlar más el esférico y buscar a sus atacantes con balones largos que nunca tuvieron peligro y que, en la mayoría de las ocasiones, fueron invalidados por fuera de juego. Sin peligro visitante y con los locales disfrutando del paso del tiempo, la afición de Santo Domingo se dedicó a disfrutar y a hacer la ola en la grada.

Con el playoff atado, Bordalás echó mano de la calculadora y retiró a Sergio Mora para evitar sustos y para gestionar los minutos de un jugador que aún no está en su plenitud física. Ángel salió por el diez y Rubén Sanz, que empezó el partido como central, recuperó su sitio como pivote defensivo. El capitán aportó aún más seguridad en la medular y permitió al Alcorcón una defensa más ordenada ante un Sabadell desesperado y neutralizado.

En la recta final, el Alcorcón agotó el capítulo de sustituciones con un cambio de ‘9’: Oriol Riera por Urko Vera. La sustitución le sentó bien al cuadro alfarero que volvió a generar peligro con centros desde las bandas en busca de la cabeza del ariete vasco. El propio Urko Vera sería el encargado de cerrar la goleada con el cuarto gol de la tarde tras finalizar una buena jugada colectiva del equipo madrileño.

El pitido final del colegiado desató la locura en Santo Domingo que volverá a vivir un nuevo playoff por segundo año consecutivo. La grada despidió la tarde con un lema: “Sí se puede”.

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