Seguir creciendo, seguir creyendo. Alcorcón y Zaragoza se daban cita en la quinta jornada de Sengunda División. Los alfareros buscaban fuera de casa continuar con la dinámica ascendente tras las victorias en Copa del Rey ante el Getafe y en Liga ante el Nástic. Por su parte, el conjunto maño llegaba con la intención de olvidar el traspiés que supuso caer ante un rival directo como el Levante la semana pasada.
Ambos equipos llegaban con bajas sensibles. Por el lado local, una de las piezas claves de Luis Milla en el centro del campo, Cani, no estaba disponible mientras que el capitán amarillo, Óscar Plano, tampoco viajaba con sus compañeros por precaución.
Sin tiempo que perder
No habían terminado de acomodarse los seguidores en La Romareda cuando Lanzarote volvía a demostrar su precisión a balón parado. El extremo maño disponía de una falta al borde del área nada más comenzar el partido y comenzaba a oler la sangre. Su mirada lo decía todo, no iba a pensárselo dos veces. Y así fue. Golpeó con su pierna izquierda y, con la ayuda de David Rodríguez, colocaba el balón en las redes de Dmitrovic.
Corría el minuto tres de partido y el Zaragoza ya mandaba en el marcador aunque no en el partido. El Alcorcón no bajó los brazos a pesar del tempranero gol y continuó con el plan establecido. Poco a poco, el conjunto amarillo va asimilando las ideas de su técnico y los frutos comienzan a verse. Los de Contra luchaban cada balón dividido y buscaban la espalda de la defensa maña con balones largos que intentaba prolongar Pablo Pérez para llegar rápido a la meta de Irureta.
Sin embargo, la intensidad y la actitud no siempre suficientes cuando lo que falta es la precisión en los metros decisivos. El conjunto alfarero no conseguía culminar con éxito sus ofensivas al contrario de lo que le ocurría al Zaragoza. Muy poco necesita la escuadra aragonesa para hacer daño. Lo demostró Ángel que aprovechó un gran pase de Xumetra para plantarse solo ante Dmitrovic. No obstante, allí estaba el cancerbero serbio para eregirse como el salvador de su equipo al ganarle el mano a mano al ariete local.
Lanzarote acaba con las esperanzas amarillas
En la segunda mitad, el Alcorcón quería que la imagen dejada en la primera mitad tuviera su recompensa con el empate. Lo buscó por mediación de David Rodríguez que quiso enmendar el fallo que le hizo protagonista en el primer gol con un lanzamiento de falta. Los alfareros presionaban pero de nuevo la mala fortuna se alió en contra de sus intereses.
En un lanzamiento de esquina, Manu Lanzarote volvió a sacar a relucir el guante que tiene por pie izquierdo y acompañado de la indecisión amarilla en defensa ampliaba la ventaja de su equipo. Jarro de agua fría para el Alcorcón y nueva motivación para el Zaragoza que se quedaba a un solo gol de volverse a colocar como líder de Segunda División.
Y fue precisamente esa la excusa necesaria para terminar de cerrar el partido y volver a mandar en la tabla de la categoría de plata del fútbol español. Los de Luis Milla se vinieron arriba y, primero Lanzarote de falta, y más tarde Barrera con un fuerte disparo desde la frontal intentaron enterrar la mínima esperanza amarilla por conseguir algo positivo.
Comenzó el baile de cambios y Cosmin Contra dio entrada a Álvaro Giménez, Jacobo y Aguza para recortar distancias en el marcador. Sin embargo, la luz se apagaba una y otra vez al llegar al área de Irureta y como ocurrió en la primera mitad, ninguna acción ofensiva llegaba a buen puerto. De hecho, fue el Zaragoza quien pudo aumentar su renta por mediación de rápidos contragolpes que el Alcorcón detuvo de todas las formas posibles.
No hubo tiempo para más y el Zaragoza terminó amarrando tres puntos que, aun así, el Alcorcón nunca dejó de pelear. Les tocará pasar página rápidamente a los hombres de Cosmin Contra y levantar la moral en Santo Domingo ante el Córdoba el próximo martes.