Era un día decisivo. En una nubosa mañana, el Alcorcón se jugaba tener posibilidades de permanecer en Segunda División en la siguiente temporada. En frente, el Cádiz, que se jugaba, por su parte, estar en los playoff de ascenso a la élite del fútbol español. En definitiva, lo que se iba a disputar en Santo Domingo era más que un simple partido liguero, estaba todo en juego tanto por el lado madrileño como por el gaditano.

Nada claro

Pitó el árbitro el inicio del encuentro y la afición del conjunto andaluz se hizo notar con bastante más fuerza que los espectadores locales.  Los de Julio Velázquez adelantaron las líneas de presión para evitar la creación de juego del Cádiz, aunque el equipo de Cervera combinaba muy bien por las bandas y conseguía llegar al área defendida por Dmitrovic.

La posesión comenzó siendo de los visitantes, pero el Alcorcón intervenía de vez en cuando sus intentos de llegada. La estrategia de los alfareros no era muy clara: balones largos en busca de nadie para quitarse de encima el estructurado ataque del Cádiz. Salvi tuvo la primera ocasión del encuentro al quedarse solo delante del Dmitrovic tras un centro de Álvaro García que, para suerte de los locales, acabó mandando el balón a las nubes.

Sin embargo, el Alcorcón no estaba haciendo nada en el partido y Sankaré, después de un rechace en una falta peligrosa, adelantó al Cádiz en el minuto trece de encuentro. Ante la falta de ideas y la desesperación, Velázquez pareció echarle la culpa al central Rafa Páez y lo cambió un minuto después, poniendo en su lugar a Elgezábal sin haber calentado lo suficiente, acto que la afición calificaba como vergonzoso.

Desastre ante la falta de ideas

Todo el club del Alcorcón, tanto espectadores como plantilla, estaba absolutamente desesperado: los amarillos no jugaban a nada y el enfado era general. El Cádiz se encontraba muy cómodo en el terreno de juego y las oportunidades de marcar un gol llegaban solamente por parte de los andaluces. El 0-2 era más posible que el empate, aunque los alfareros se acercaban al área rival con el paso de los minutos.

Cervera, por su parte, indicaba a los suyos que bajaran el nivel de la presión para, de esta manera, tener más resistencia y aguantar de cara al final del partido. Bakic tuvo una ocasión muy clara para igualar el marcador, pero tuvo la misma suerte que Salvi un par de minutos después y no logró colar el esférico dentro de las redes. La emoción subía al igual que la tensión por marcar.

Alcorcón y Cádiz cambiaron su forma de juego cerca del final de la primera mitad: los alfareros estaban lanzados al ataque, pasando la mayor parte del tiempo en campo contrario, mientras que los gaditanos esperaban un robo o un error del Alcorcón para montar un contraataque rápido e intentar disparar a la portería de Dmitrovic. No obstante, el 0-1 reinó al descanso en Santo Domingo.

Con algo de ánimos tras el descanso

Los amarillos comenzaron con fuerza los segundos cuarenta y cinco minutos, provocando el error de los jugadores del Cádiz. Pero no era el día del Alcorcón, ya que el conjunto de Cervera estaba muy enchufado en el partido y su forma de jugar no dejaba lugar a dudas. Cabe destacar que la afición visitante era el jugador número doce de los gaditanos desde el primer minuto.

Los balones parados parecían la mejor ocasión de cara a gol por parte de un Alcorcón que dejó la defensa a un lado para volcarse completamente al ataque. Esta mala organización y ese descuido llevaron al segundo del Cádiz, obra de Álvaro García a pase de Salvi, que sentenció casi por completo el resultado. Velázquez, de nuevo, señaló a un defensa, Fede Vega, y lo cambió por Luque.

Misión imposible

Óscar Plano se planteaba como la última opción del conjunto local de sacar algo positivo de la visita del Cádiz a Santo Domingo. Entró a falta de veinte minutos en sustitución de Toribio, mostrando así la clara estrategia de ataque total, ya que estaba quitando a uno de los jugadores más importantes del medio del campo alfarero. Los ataques del Alcorcón se sucedían, pero la efectividad era nula.

Cabe resaltar que la tensión era máxima en el terreno de juego: ante la pérdida de balón, los jugadores de Velázquez recurrían a acciones violentas para intentar recuperar el esférico, algo que provocaba pérdidas de tiempo por parte de los cadistas. La derrota fue una realidad al final del encuentro y el Alcorcón se queda más cerca de la Segunda División B.