No había cabida para algo que no fuera una victoria. El Alcorcón se jugaba la vida ante el Oviedo de Fernando Hierro. Además de esa mala racha de los amarillos, el conjunto de Julio Velázquez tenía que romper esa estadística que lo colocaba como el peor visitante de la Segunda División. Con ese panorama, era obvio que los tres puntos eran vitales para los alcorconeros.

Al ataque desde el inicio

Estaba claro que Julio Velázquez había transmitido a su plantilla esa desesperación por conseguir los puntos, ya que el Alcorcón salió al ataque nada más sonar el pitido inicial. Aunque cerca estuvo de llevarse un susto el club amarillo en un golpe que Nélson recibió en el pecho propiciado por el portero local, susto que, por suerte, quedó en nada.

Bellvís tuvo la primera ocasión del encuentro con un disparo desde dentro del área estando solo. El equipo amarillo presionaba y atacaba muy estructuradamente, algo que permitió que el Oviedo no disfrutase del esférico todo lo que quería. Esto sorprendió a los carbayones puesto que el Alcorcón no había jugado muy organizado en los últimos encuentros.

El Oviedo tardó en aparecer

Sin embargo, con el paso de los minutos, el Oviedo empezó a calmar el ritmo del partido y, con ello, equilibró la posesión. El balón pasaba la mayor parte del tiempo en terreno local, algo que Hierro no paraba de recriminar a sus jugadores, insistiendo en que tenían que adelantar las líneas. Aún con la gran intensidad, ninguno de los dos lograba terminar jugadas.

Velázquez no se quedaba de brazos cruzados y también exigía a sus pupilos que no perdieran la pelota con facilidad. El cansancio hizo estragos demasiado pronto en las filas del Alcorcón y el Oviedo dio un paso hacia adelante, aumentando el número de disparos a puerta. El técnico alfarero, por lesión, sustituyó a Elgezábal y puso en su lugar a Cuenca antes del descanso.

Lucha de iguales

Al igual que en la primera mitad, los visitantes salieron con la intención de marcar lo antes posible. Esta estrategia hizo que el Oviedo tuviese oportunidades al contraataque, por lo que el balón iba y venía. Para mala suerte del Alcorcón, Kadir se lesionó a los pocos minutos de reanudarse el juego y tuvo que ser sustituido por Pablo Pérez, que se llevó una pitada por su pasado en el filial del Sporting de Gijón.

Toché era el futbolista carbayón que más protagonismo estaba teniendo en ataque y que más peligro le estaba causando a Dmitrovic. El Alcorcón, a sabiendas de que el Oviedo tenía mayor resistencia, pasó de tener la posesión a dejar que los locales tuvieran el esférico y, de esta manera, volcar todas sus bazas ofensivas en el contraataque.

Aún con algo más de dominio, el conjunto dirigido por Hierro no tenía las ideas claras en lo que respecta al juego. No terminaban de convencer a su afición ni a su entrenador. Además, el cuadro de Julio Velázquez seguía teniendo más ocasiones, dejando claro que esas expectativas que tenían al Oviedo como favorito se equivocaban.

El Alcorcón plantaba cara

Pasado el ecuador de la segunda mitad, el conjunto local dominaba con mayor consistencia en el encuentro. De hecho, adelantó sus líneas y la defensa estaba prácticamente en campo contrario, contribuyendo así a la creación de juego. El plan no le estaba saliendo del todo bien a Fernando Hierro, pero tampoco estaba teniendo desperfectos, por lo que se mantenían con tranquilidad.

El Alcorcón plantó cara en todo el encuentro

No obstante, llegó la tormenta en Oviedo cuando Giménez, a pase de Pablo Pérez tras un error de la defensa local, anotó su primer tanto de la temporada al quedarse solo frente al guardameta. Este gol hizo que el estadio entero enmudeciera ya que nadie se esperaba un resultado favorable al Alcorcón. A partir del tanto, la posesión perteneció al Oviedo.

Los últimos compases del encuentro fueron de infarto. El conjunto alfarero estaba muy cerca de conseguir tres puntos muy complicados y, para lograrlo, Velázquez metió a Razvan, defensa, en lugar de Bakic. La tensión también iba en aumento, algo que hizo que el técnico amarillo fuese expulsado. Pero hubo suerte para el Alcorcón y Pulido Santana pitó el final con el 0-1 en el marcador.