El Lugo ganó de forma merecida aunque apurada en su visita a Lorca (1-2), en un encuentro en el que los goles de Mario Barco y Fede Vico le dieron los tres puntos al cuadro gallego, que demostró a base de oficio y solidez haber dejado atrás la mala racha y que es candidato al ascenso.

Golpeando primero

El choque dio comienzo con los dos equipos tratando de adueñarse de la situación siendo el Lorca algo más dominador, pero sin ocasiones claras en ninguna de las dos áreas.

Justo después de la primera oportunidad peligrosa, que fue un tiro desviado de Manu Apeh, llegó el 0-1.

El CD Lugo dio primero por medio de Mario Barco, que con poco más de cien minutos a sus espaldas ha sido capaz de anotar dos goles. Anotó con un remate de primeras que llegó tras un entuerto de Azeez con un rival, que ni le dio al balón ni le quiso dejar de dar. Da igual cómo venga el cuero, porque el de Estella es capaz de rematar hasta una nevera.

La consigna ofensiva durante gran parte del encuentro fue esa: lanzar balones con cualquier tipo de ángulo para que el ‘9’ del Lugo intentara rematarlos. Fue una táctica muy difícil de ejecutar para un Barco que se sintió sólo pero que bregó cada balón como si fuera el último. A pesar de su corta edad actúa como un lobo de mar que, aunque lleve tiempo sin navegar, sabe a la perfección donde se cruzan los mares y las asistencias.

Sin dominio

A pesar de no dominar el encuentro, los gallegos ya mandaban en el marcador. La ventaja, no obstante, les duró poco, porque ocho minutos después volvió a nivelarse la contienda en una acción en la que la fortuna se alió con los locales. Un despeje defectuoso de Seoane se convirtió en una vaselina que acabó con el balón dentro de la portería defendida por su compañero Juan Carlos.

Este error del mediocentro de Tapia (Ames), se convirtió en el tanto más impresionante que ha encajado Juan Carlos esta temporada. Nadie en la sala rojiblanca se siente capaz de criticar al ‘8’ del CD Lugo, el mejor jugador de la historia reciente del club. Su gol en propia, sin embargo, duele y sorprende a propios y a extraños.

Entonces Seoane volvió a formar en el doble pivote con Pita. Una dupla que ha dado muchas tardes de gloria a los aficionados lucenses, pero que a estas alturas se encuentra descompensada.

El káiser, brújula del equipo durante tantos años, ofreció una actuación sin ritmo, con pases fallidos y que obligó al propio Seoane a emplearse más de lo debido en defensa, quien se había acostumbrado este año a convivir con una bestia de nombre Azeez. Juntos conforman el ancla del actual CD Lugo. El nigeriano jugó de inicio más adelantado y la estructura del equipo se descompensó. No por ello debe darse por perdida la opción de Pita. Lo que está claro que sus atributos no son los que eran y deberá ejercer un papel secundario.

En el cuarto de hora final de la primera parte, Mario Barco puso a prueba a Dorronsoro y el cuadro dirigido por Curro Torres también pudo retirarse al descanso con ventaja, pero Juan Carlos lo evitó a disparo de Alberto Noguera.

De esa manera, con equilibrio en el tanteo, finalizó una primera parte muy pareja y disputada en cada metro cuadrado del terreno de juego.

Ahora sí

En la segunda parte el Lugo fue claramente superior y generó incertidumbre en la zaga murciana con un remate de Christian Herrera al que respondió bien Dorronsoro y con un centro de Iriome que despejó Fran Cruz.

El Lorca no daba sensación de peligro y trató más de defenderse que de atacar, a pesar de un punto era escaso botín para un equipo que afrontaba el choque ocupando puesto de descenso, donde aún continua a día de hoy.

El conjunto lucense encontró la recompensa a su mayor ímpetu con su segundo gol, que le volvía a poner con ventaja de manera bastante extraña. Fue un centro de Campabadal que no despejó ningún defensor y el balón le cayó a Fede Vico para batir a Dorronsoro ante el desconcierto generalizado de los de casa.

A partir de ese momento el Lugo supo enfriar el encuentro, en el que apenas pasaron cosas de enjundia. Fede Vico, eso sí, tuvo el 1-3 antes de ser sustituido en el tramo final de un compromiso emotivo para la familia Cruz -se enfrentaron los defensas Fran, del Lorca; y Bernardo, del Lugo- y en el que los visitantes fueron mejores y, sin ser ni mucho menos brillantes, sí mostraron solidez y oficio.