En fútbol, de forma genérica, y más aún en una competición tan igualada como la Segunda División, las tendencias significan mucho. Las tendencias no solo son sensaciones, que también, sino cuestiones que tienden a repetirse sin a veces tener muy claro por qué y sin atender a determinadas variables objetivas. Este domingo dos tendencias inversas se cruzaban en Anduva. Por un lado la de un Rayo Vallecano nostálgico, desorientado, al que todavía parece dolerle el tremendo mazazo del descenso a pesar del calor de su siempre fiel hinchada franjirroja. Por otro lado, la tendencia de un Mirandés venido a más, la de un equipo que parece haber encontrado el equilibrio colectivo para ser más eficaz en su campo. Y otra vez más la tendencia positiva se impuso a la negativa (2-1). El Mirandés cierra la quinta jornada de la Liga 1|2|3 en cuarta posición con nueve puntos, a tan solo uno de los colíderes (Levante Unión Deportiva y Real Zaragoza) y encarando una semana con doble cita liguera. El jueves los rojillos visitarán al Girona Fútbol Club y el domingo recibirán al Club Deportivo Tenerife.

Tras el sufrido triunfo ante el Cádiz Club de Fútbol (3-2) tras una épica remontada se dejaba intuir una tendencia: la de los puntos en casa, lastre más que evidente la pasada temporada, en la que el Mirandés fue de los peores equipos como local. Un partido que estaba más que cuesta arriba (0-2) terminó derivando en una fiesta colectiva y en la recuperación de la conexión entre el equipo y la grada. Con dos empates 'siderúrgicos' en Reus y en Oviedo, sin duda dos plazas complicadas, los rojillos llegaban al partido frente al Rayo Vallecano con la sensación de ser un equipo menos exuberante en ataque, menos prolífico en sus llegadas al área rival, pero más eficaz y resolutivo. Parece haber quedado lejos aquel tiempo en el que el Mirandés salía en tromba para ponerse con dos goles de ventaja y terminar sacando solamente un punto. Ahora el equipo hace más daño llegando menos, lo que se traduce en puntos.

La tendencia visitante se ha repetido en ambos partidos: si no puedes ganar, al menos no pierdas. Pero también lo ha hecho la tendencia local: aunque el rival piense que tiene el encuentro controlado al más mínimo descuido el Mirandés lo da la vuelta. Con el añadido de que por Anduva han pasado ya tres rivales de gran entidad: dos portaviones de la categoría (Getafe CF y Rayo) y un recién ascendido totalmente atípico (Cádiz CF). Rendimiento: siete puntos de nueve posibles. Los rojillos se manejan al ritmo que marcan Guarrotxena, Sangalli y Pedro Martín, que batallan cada balón como si les fuera la vida en ello. El gol del delantero vizcaíno ante el Rayo es una muestra clara de ello, en una situación forzadísima primero ganando la disputa al meta Toño y luego resolviendo con un remate escorado en la que el 90% de los atacantes de la Liga ni siquiera lo hubieran intentado. Pero en Anduva el esfuerzo va incorporado en la propia genética del equipo... y tiene doble premio: el aplauso de la grada y los puntos.

Ahora el Mirandés pondrá a prueba su tendencia positiva en una semana ciertamente propicia con doble jornada. Obviamente no hay rivales fáciles, pero el Girona FC lleva tres jornadas sin ganar acumulando en ese tramo dos derrotas a domicilio (Valladolid y Mallorca) y un empate en Montilivi con muchos más goles de lo que a Pablo Machín le hubiera gustado (3-3). Son indicadores que invitan al optimismo fundamentado vista la versión tan seria de los rojillos fuera de casa. Y para terminar la semana, Anduva será de nuevo clave al recibir a un CD Tenerife en buena dinámica. Con dos victorias consecutivas (ante Valladolid y Almería), el conjunto chicharrero recibirá al Mallorca antes de viajar a Miranda de Ebro.

En la quinta temporada del Mirandés en Segunda División, en un año clave en el desarrollo y profundización del modelo de juego implementado por Carlos Terrazas y teniendo en cuenta que una de las claves para la consecución del objetivo (ascender a Primera División) es la convicción, equipo y afición afrontan una semana que puede reforzar no solo el mensaje sino también la confianza en sus propias posibilidades.