El 17 de diciembre de 2013 el Club Deportivo Mirandés, tras la destitución de Gonzalo Arconada por la mala trayectoria en el inicio del campeonato, hacía oficial el fichaje de Carlos Terrazas. El entrenador vizcaíno, tras una etapa dorada en el Guadalajara en la que llegó a ascender a los alcarreños a Segunda División, comenzaba una nueva aventura en el fútbol profesional. En su primer año, campaña 2013/2014, las cosas no le resultaron fáciles y el equipo descendió a Segunda B tras caer ante el Lugo en el Anxo Carro. El gran trabajo del entrenador bilbaíno se vio ensombrecido por el mal ambiente que reinaba en el vestuario, que terminó con el descenso de categoría. Los problemas administrativos del Real Murcia terminaron por salvar a los de Miranda de Ebro. Después de terminar este año futbolístico, el presidente Alfredo de Miguel nombraba a Terrazas mánager general del club. 

Carlos Terrazas deja un Anduva totalmente remozado

El entrenador de 52 años tenía muy claro que para afrontar la temporada 2014/2015 tendría que estructurar al equipo de cara a alcanzar cotas más altas. Un jugador emblemático como Pablo Infante abandonaba el equipo de Miranda de Ebro con dirección a la Ponferradina. Uno de los buques insignias del club, después de un final de año para olvidar, se despedía del equipo que le había hecho crecer en el mundo del fútbol. Carlos Terrazas formó una gran plantilla, pensada sólo y exclusivamente para hacer historia en la ciudad. Además de ser técnico del primer equipo, el vizcaíno hizo un gran trabajo en toda la cantera del club rojillo. A pesar de no acompañar los resultados a nivel deportivo, aunque estuvieron muy cerca de jugar el play-off por el ascenso, a nivel económico y a nivel de estructura el Mirandés creció hasta límites insospechados. El trabajo de Carlos Terrazas, lejos de los resultados, estaba siendo soberbio en Miranda de Ebro.

Carlos Terrazas, celebrando un tanto del Mirandés. | Foto: LaLiga

En la campaña pasada, la 2015/2016, Carlos Terrazas siguió centrándose en guiar aun más al Mirandés a estar entre los equipos más estructurados del fútbol profesional. Su trabajo en toda la cantera ha sido desde el primer día digno de admirar, los chavales vuelven a disfrutar del fútbol en la ciudad. La ilusión de vestir la elástica rojilla ha vuelto tras unos años en los que los anteriores presidentes y gerentes la dejaron en el olvido. La dedicación al club del vizcaíno durante las 24 horas del día se palpaba en el ambiente de las calles de Miranda de Ebro.

Carlos Terrazas: "El dinero es para hacer crecer al club, no para pagar sueldos altos a jugadores que van y vienen"

Durante todo este tiempo se ha hablado mucho sobre la enfermedad del fútbol que tiene este gran entrenador. A nivel de resultados, el Mirandés volvió a firmar un mal final de campaña cuando se encontraba muy cerca de conseguir el objetivo de jugar el play-off de ascenso. La mala suerte le volvió a dar esquinazo al trabajo de Carlos Terrazas. Otra de sus grandes promesas fue hacer crecer la masa social del club y bien que lo ha hecho, la grada nueva de Anduva es otro de sus grandes éxitos. “El dinero es para hacer crecer al club, no para pagar sueldos altos a jugadores que van y vienen”, estas palabras del vizcaíno han quedado grabadas a fuego en parte de la afición rojilla. Los más resultadistas, desde el primer momento, se guiaron por lo que apuntaba el marcador de Anduva y no por el trabajo de Terrazas en el club.

Esta temporada el objetivo marcado por Carlos Terrazas, como no podía ser de otra manera, era el ascenso, aunque su ambicioso discurso a lo largo de su paso por Miranda de Ebro nunca ha sido valorado por cierto sector de la afición rojilla. Después de un inicio de campaña para enmarcar en el que el equipo estuvo nueve jornadas invicto, las cosas sobre el césped se empezaron a torcer hasta desembocar en la destitución de Carlos Terrazas. Antes también ha querido dejar un campo de entrenamiento nuevo para que el equipo siga creciendo en la faceta de infraestructuras deportivas. Éste ha sido su último servicio, no agradecido por ciertos aficionados, al club rojillo. Carlos Terrazas se ha ido sin que el aficionado del Mirandés le haya dejado terminar su enorme trabajo realizado desde el primer día, pero cada vez que entren en Anduva sabrán que un trocito de la historia del Mirandés pertenece al técnico vizcaíno. Con su marcha, el Mirandés no sólo ha perdido un gran entrenador, sino parte de su esencia, aquella que le hacía ser un club diferente, donde no sólo contaban los resultados. ¡Gracias Carlos Terrazas, gracias míster!