Pablo Alfaro se ha convertido esta semana en el cuarto entrenador que dirige al Club Deportivo Mirandés durante la presente temporada 2016/2017, tras las destituciones de Carlos Terrazas, Claudio Barragán y Javier Álvarez de los Mozos. El consejo de administración que preside Alfredo de Miguel tomó la decisión de prescindir de Álvarez de los Mozos en su reunión de este pasado lunes. El martes, la sala de prensa fue el foco principal de la actualidad rojilla, con la despedida ante los medios de comunicación del técnico burgalés por la mañana, a quien acompañó el propio presidente, y la presentación en sociedad de Pablo Alfaro, junto al asistente técnico de la entidad, Jesús Seba.

A falta de once jornadas para finalizar la campaña, el club rojillo no se resigna a que su 90 aniversario coincida con el descenso de categoría, sino que pretende agotar todas las opciones posibles para permanecer un año más (serían seis) en la élite de Segunda División. La dura derrota en casa el pasado domingo ante la Sociedad Deportiva Huesca (1-3) fue el detonante de una decisión en cierto modo inesperada. Pero la grada de Anduva está mostrando su cara más agria este curso, con reproches evidentes no solo hacia los tres entrenadores que han pasado ya por el banquillo local, sino también a los jugadores de una plantilla de la que se esperaba mucho más.

La llegada del doctor Pablo Alfaro supone el último intento de la directiva por aferrarse a la categoría, la aplicación de una "medicina de urgencia", como bien señaló el técnico aragonés en su presentación, que reanime a una plantilla reforzada en el mercado invernal y que dispone de múltiples alternativas en todas sus líneas. Con la salida de Carlos Terrazas y, por tanto, el final de un modelo en el que el entrenador del primer equipo asumía también las funciones de mánager general del club, se produjo la llegada de Jesús Seba como asistente técnico. Un profesional dedicado exclusivamente a moverse en el mercado futbolístico y que ha sido capaz de satisfacer tanto las peticiones de Claudio Barragán (Quintanilla y Usero) como las del propio consejo de administración (Álex García, Urko Vera y ahora el nuevo entrenador, Pablo Alfaro).

En fútbol todo es susceptible de opinión. Todas las decisiones tienen siempre adeptos y detractores. Lo que está claro es que, de forma acertada o desacertada, la directiva no permanece inactiva ante las dificultades, más bien al contrario. Despedir a tres entrenadores, cambiar el modelo de funcionamiento del club y dedicar unos recursos económicos suplementarios en aras de permanecer en Segunda División son decisiones complicadas. Precisamente ahora más que nunca (como reza uno de los gritos de aliento en Anduva) va a ser necesario el apoyo de la afición.

El primer reto es imponente con la visita a un líder, Levante Unión Deportiva, que se está mostrando casi intratable en su camino de retorno a Primera División. Sin duda un estreno complicado para Pablo Alfaro, como lo fue en su día el de Caludio Barragán en el Estadio José Zorrilla (5-0 ante el Real Valladolid). La urgencia clasificatoria del Mirandés hace que los puntos cada vez resulten más necesarios, pero ni por perder en Valencia los rojillos estarán descendidos ni por ganar salvados. Es momento de mesura, unidad y apoyo total. Pablo Alfaro lidera el último intento, pero no puede hacerlo solo.