De sobra es conocido el dicho que si perdonas, pagas. Y exactamente eso es lo que ocurrió anoche en Montilivi. El Girona tuvo ocasiones y oportunidades de todos los colores para rematar un partido que estaba de cara tras el golazo de Borja García, pero al final los de Machín tuvieron que lamentar todo lo que fallaron cuando Aurtenetxe rescató un punto de oro para el Mirandés, que se plantó en el césped gerundense con la intención de no perder y así sucedió.

El planteamiento de Carlos Terrazas fue muy claro: esperar atrás, con el equipo junto y ordenado, sin arriesgar lo más mínimo, y si había la mínima posibilidad de marcar, aprovecharla porque no habría muchas. Claro que los precedentes del cuadro rojillo en Montilivi no eran precisamente alentadores: cuatro derrotas y ningún gol a favor. En la temporada 2012-13, los gerundenses vencieron por 4 a 0 al Mirandés, e idéntico resultado calcaron la campaña siguiente, 'hat-trick' de Jandro incluido. El 3 a 0 de la 2014-15 y el 2 a 0 de la pasada temporada precedirían al único empate y el único gol de los de Miranda en Girona, el 1-1 de este pasado jueves.

Intensidad y poco más

La primera parte dejó bastante que desear, a decir verdad. Cierto es que el Girona imprimió algo más de ritmo que su rival, timorato durante gran parte del encuentro, pero tampoco fue nada del otro mundo. El primero cuarto de hora, eso sí, dejó buenos detalles. Aprovechando los puñales que tiene Machín en cada carril, el peligro llegaba indistintamente a través de Cifuentes o de Coris, que sustituyó ayer al lesionado Aday

El canterano de Tossa de Mar fue el primero en probar fortuna en el minuto 7 con un disparo que se marchó desviado. El Girona también lo intentó a través de la estrategia, con varios saques de esquina muy abiertos para encontrar rematadores fuera del área. Sin embargo, Sergio Pérez no parecía estar intranquilo ante las tentativas locales. El Mirandés aprovechó para sacarse la presión de su contendiente y miró más allá del centro del campo. Néstor Salinas, con un cabezazo fuera (20'), y Pedro Martín, que intentó una rosca sin éxito (24'), buscaron algo las cosquillas a Bounou, cuestionado parcialmente en Montilivi por la cantidad de goles encajados, pero muy tranquilo ayer hasta el gol visitante.

El partido se enfrió por momentos y los más de 3.500 fieles que se dieron cita en Montilivi podían estar más pendientes de cualquier otra circunstancia que de lo que se vivía en el terreno de juego, que era bastante pobre, por no decir nulo. Terrazas sorprendió con un cambio en el minuto 33, al más puro estilo Paco Jémez, porque no parecía que Íñigo Eguaras se marchara lesionado cuando fue sustituido por Rúper, pero había visto una amarilla pocos minutos antes. Los rojillos buscaron un par de centros sin rematador antes de llegar al descanso.

Buen arranque y mejor gol

Alguna motivación extra les dio Machín a sus pupilos durante el descanso, porque los once rojiblancos salieron a por todas tan solo empezar la segunda mitad. Con un Coris sobresaliente (Cifuentes se fue apagando), el Girona empezó a llevar no solo la batuta sino el peligro al área rival. Primero fue Cristian Herrera quien recortó dentro del área para probar por bajo a Sergio Pérez, y a continuación fue Borja García el que, desde 25 metros y de forma magistral, colocó un balón a la escuadra imposible para cualquier portero (1-0, min. 53).

A pesar de que el Mirandés parecía noqueado por momentos, fue Iker Guarrotxena el que probó fortuna desde la frontal del área y buscó un remate que se fue demasiado alto. En el 60', Terrazas ya había agotado los tres cambios y había dado entrada a, precisamente, Guarrotxena, y a Álvaro Bustos, en busca de una profundidad que no había llegado por parte del conjunto que ayer vestía de azul claro. El Girona, no obstante, no quería que su rival pudiera llegar a inquietar el marcador, y Machín introdujo a Longo y a Eloi, y posteriormente a Saúl.

Longo protagonizó dos oportunidades que el cuadro local lamentó con posterioridad. Primero buscó la escuadra con una rosca precisa que se marchó por milímetros (72') y cinco minutos después, falló incomprensiblemente cuando había quedado solo tras un centro de Cifuentes. En medio de ambas jugadas, Portu protagonizó un eslalon magnífico hasta que topó con la mano de Sergio Pérez (75').

Jarro de agua fría

Sin embargo, cuando el 2 a 0 parecía más cerca de producirse que de empatar el cuadro burgalés, Ruper filtró un preciso pase para Aurtenetxe, que como si de un delantero se tratase, definió con clase y batió por bajo a Bounou para colocar el empate definitivo en el electrónico (1-1, min. 84). El Girona apenas tuvo tiempo para reaccionar y al final tuvo que conformarse con un empate que le priva de sumar su segundo triunfo liguero. Los de Machín visitarán este domingo el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe, un feudo sin duda complicado, pero contra un rival que tampoco ha empezado bien esta andadura por Segunda División y suma seis puntos, igual que los gerundenses. Las prisas empiezan a llegar ya con solo seis jornadas disputadas.