En la jornada de segundos contra primeros, el Girona-Levante se presentaba como el plato más fuerte de los que se pueden ver actualmente en Segunda División, en la categoría de plata. Si el Manchester City (segundo) sucumbió en el Etihad Stadium frente al Chelsea (primero) por 1 a 3 y el FC Barcelona (segundo) no pasó del empate en el Camp Nou frente al Real Madrid (primero), el cuadro dirigido por Pablo Machín no quería ver cómo se escapaban puntos de Montilivi, fortín inexpugnable durante la temporada actual.

Los emotivos homenajes a Jandro Castro, quien defendió la camiseta del Girona durante cinco temporadas (2010-11 a 2014-15) y sigue siendo el máximo realizador del cuadro gerundense en Segunda con 36 goles, y a los jugadores del Chapecoense, fallecidos esta semana tras un fatídico accidente de avión que tuvo lugar en Medellín (Colombia), fueron el preludio de lo que podría ser el partido: emoción, tensión, presión, nervios.

Equilibrio total

Montilivi presentó una buena entrada. Ni el frío ni la chispeante lluvia que amenazó Girona amedrentaron a los poco más de 6.000 espectadores que se dieron cita en el estadio. Los rojiblancos también tuvieron una buena puesta en escena, con numerosas llegadas al área de Raúl, sobre todo gracias a los centros de Coris y Aday, aunque sin peligro concreto sobre la portería visitante. El Levante también empezó a poner cerco al arco de René, con tres saques de esquina consecutivos y merodeó el área defendida por el gaditano. 

El partido, sin embargo, se instaló en un estado de letargia, de un sueño largo y profundo. Incluso aburrido. Las faltas, las interrupciones, los saques de banda, empezaron a ser los protagonistas del encuentro. La tensión se mascaba en el ambiente y ambos conjuntos firmaron un pacto de no agresión. En las porterías, claro está. Porque los piques entre varios jugadores formaban parte del juego. 

Los atacantes despiertan

No fue hasta las postrimerías de la primera mitad cuando los jugadores se soltaron la melena en ataque. Jason buscó el palo largo de René y su balón se fue lamiendo la madera (min. 37), y posteriormente fue Longo quien intentó un disparo con la izquierda que se marchó lejos del arco defendido por Raúl (min. 39). De nuevo Jason, a balón parado, buscó sorprender a los locales (min. 41). Todo esto ya sin Borja García sobre el terreno de juego, ya que tuvo que abandonar el césped tras una fea entrada de Chema.

Longo, que vive una relación de amor-odio con el gol, vio esta vez portería en su segunda oportunidad. Granell centró desde la derecha, y lo que aparentemente controlaba la zaga valenciana se convirtió en una incertidumbre que aprovechó el italiano para anotar el primero de la matinal de fútbol (1-0, min. 44). El jugador cedido por el Inter empataba así con Borja García con seis tantos en su haber particular.

Tímida reacción visitante

El segundo acto empezó más movido que la primera mitad. Ambos conjuntos tenían claros sus objetivos: ampliar el marcador o intentar acortarlo, según se hablara de Girona o Levante. Jason, mucho más activo que Morales o Roger en la parcela ofensiva granota, disparó arriba desde la frontal, tras una jugada colectiva. A este acercamiento contestaron Longo, con un remate acrobático que se fue por poco (52') y Granell, con su típico disparo lejano que no encontró portería (54').

Machín se vio obligado de nuevo a mover el banquillo por lesión de Coris. Oportunidad para Cifuentes, que de momento tiene que conformarse con el banquillo tras el gran momento de forma del canterano de Tossa de Mar. Juan Ramón López Muñiz también tiró de los suplentes e introdujo a Víctor Casadesús para tener más mordiente arriba. Lo cierto es que el conjunto levantinista volvió a tener protagonismo con el balón y volvió a pisar los tres cuartos de campo con frecuencia.

La estrategia marca la diferencia

El Girona siguió atacando para buscar el segundo y lo encontró a balón parado. Centro medido de Granell que, como Modric ayer, puso un balón medidísimo a la cabeza de Ramalho, que sorprendentemente, remató solo (2-0, min. 70). El vasco puso tierra de por medio y podría haberlo hecho todavía más Longo, con una doble oportunidad que desbarató Raúl en dos ocasiones (min. 76). La entrada de Rafael en el costado levantinista cambió la cara a los de Muñiz. El propio jugador brasileño probó a René (77') en el primer palo, antes de marcar el tanto que recortó distancias en el electrónico (2-1, min. 89) tras varios rechazos en el área local. 

Los cuatro minutos de añadido se le hicieron muy largos a los gerundenses, que tiraron de oficio para que apenas se jugara nada. Las amonestaciones y los piques continuaron entre catalanes y valencianos, incluso tras el pitido final, pero la realidad es que los tres puntos se quedaron en casa, en casa de un Girona que sigue sin perder en Montilivi y que se sitúa a un punto del propio Levante, que tiene un partido menos. El sueño de los de Machín continúa.

VAVEL Logo