Otra vez, un guión similar al de la temporada pasada, donde el Numancia se repuso a dos resultados adversos (0-2 y 2-0) para empatar. En este caso, los sorianos voltearon un 0-1, como ya hicieran hace tres años en la Romareda, para acabar imponiéndose por 2-1 (en ese ocasión 1-2 con goles de Gaffour y Julio Álvarez) Volvía el Derbi del Moncayo a Soria y volvían a verse tintes de hermandad entre ambas aficiones pese al ambiente enrarecido que rodeaba al choque, motivado por el desacuerdo en temas institucionales. La negativa del equipo maño a la hora de vender entradas para el choque influyó en la presencia de aficionados aragoneses, no tan numerosa como en el último curso pero sí bastante notoria. En lo deportivo, entraban en liza dos equipos con trayectorias opuestas. El Zaragoza buscaba no alejarse del liderato mientras que los sorianos aspiraban a alejarse de las posiciones peligrosas de la tabla. Sobre el campo, sin embargo, todo lo contrario.

Poco premio en la primera mitad

El Club Deportivo Numancia fue superior durante los noventa minutos mientras que el Zaragoza, desdibujado, solo pudo asustar en la acción del gol y poco más. Los sorianos dieron el primer aviso a los pocos minutos del inicio. Marc Mateu se plantaba solo delante de Irureta merced a un genial pase de Julio Álvarez. Sin embargo, el jugador rojillo, un poco escorado, disparaba “al muñeco”, llevando el “uy” a la grada.

A partir de ahí, el Numancia iba a continuar dominando, pero sin la claridad suficiente como para inquietar la portería visitante más que con disparos lejanos. Nacho, Íñigo Pérez y Julio Álvarez eran los que intentaban conseguir el gol por este método, pero sin éxito. De esta forma llegó la única ocasión de gol del Zaragoza en todo el partido. Un barullo en el área era aprovechado por Juan Muñoz para conseguir el 0-1 en el minuto 38.

La desesperación en la parroquia soriana era total. Tras una primera parte sin pasar apuros, era en la primera ocasión cuando los maños perforaban la meta defendida por Munir. Sin embargo, la reacción del equipo fue total. Sin tiempo para impacientarse, el equipo local trenzó una jugada tocando al borde del área. Nacho se la dejó a Íñigo Pérez en la frontal del área, este oxigenó el juego cambiando el balón a la otra banda, donde Marc Mateu dejó el balón perfecto en el pico del área para que Julio Álvarez diera la primera asistencia de la tarde, el balón a la cabeza de Manu del Moral, y después, a la red. Era el minuto 46 y la grada explotaba de alegría en lo que era el clásico “gol psicológico” que hace irse al descanso con la moral por las nubes. Y así fue, el árbitro acto seguido señaló el final de los primeros 45 minutos. El partido comenzaría de nuevo en la segunda parte.

Segunda parte para los sorianos

El guion de la segunda parte llevó los mismos derroteros. El Numancia salió a por el partido, a dominar el balón; por su parte, los maños se posicionaron atrás, intentando cazar alguna contra para conseguir un segundo gol que no llegó. Si lo hizo, en cambio, para los rojillos. Fue en otra jugada de toque, al borde del área. Cazó el balón Julio Álvarez y, cuando parecía que lo iba a perder, metió la punta de la bota para servir el disparo a Nacho, que clavó por la escuadra el segundo de la tarde, y su primero de la temporada. Increíble lo del venezolano del Numancia, que lleva 54 asistencias en el último lustro en Segunda División, la mejor marca.

El Zaragoza movió el banquillo para intentar sacar algún punto. Sin embargo, la reacción de los maños sería prácticamente nula, pisando el área del Numancia en algún balón colgado. El Numancia siguió dominando el cuero, y realizó algún disparo lejano, con acciones de Unai Medina, Nacho, Marc Mateu o Julio Álvarez, pero sin conseguir el gol que sentenciase el partido. Poco a poco, minuto a minuto, se fue llegando al final. De esto se encargó Jagoba Arrasate que introdujo a Capilla, Escassi y Acuña para refrescar el equipo y seguir controlando el juego. Con el pitido final, el Numancia alcanza los 9 puntos y el Zaragoza se mantiene con 11.