España y Tahití se enfrentaron en Maracaná en un encuentro marcado por las abismales diferencias entre uno y otro, España, Campeón del Mundo y de Europa y primer puesto en el Ranking FIFA, Tahití, sorprendente campeón del Pacífico y puesto 138. El resultado final fue clara muestra de esas diferencias entre ambos. Torres anotó cuatro tantos, Villa hizo tres, Silva dos y Mata uno. 

Cambio de piezas

Al igual que ocurriese ante Nigeria el conjunto francófono saltó al terreno de juego cargado de collares y banderines para sus rivales, se repitió el proceso, himnos y regalos en el saludo entre los protagonistas, lo mismo sucedía en el banquillo. Vicente Del Bosque alineó a todos los que se habían quedado en el banquillo ante Uruguay salvo a Navas (que salió en el segundo tiempo) y Valdés, del que se espera que sea titular ante Nigeria en el último partido de la fase de grupos, el seleccionador quiso premiar así a todos los futbolistas convocados para esta Confederaciones, un gesto de nobleza por parte de un seleccionador al que en ocasiones se le ha achacado contar casi siempre con los mismos. 

España formó con Reina bajo palos, Azpilicueta y Monreal en los laterales, Ramos ( el único que repitió como titular) y Albiol en el eje de la zaga, Javi Martínez como pivote y Cazorla, Mata, Silva, Villa y Torres como atacantes. Tahití también varió algunas de las piezas de su equipo pero mantuvo las que forman su columna vertebral, Vallar, Vahirua y Tehau son probablemente los futbolistas de mayor talento de esta selección en la que el único profesional es su capitán, Nicolás Vallar. 

Superioridad y respeto

Los asistentes a Maracaná no tuvieron que esperar demasiado para disfrutar del primer tanto de la noche, Torres abría la lata a los cinco minutos metiendo el balón por el primer palo tras una internada desde la banda, el gol le convertía en el artillero más rápido de La Roja en esta competición y suponía el cuarto cosechado en las dos ediciones de la Confederaciones que España ha disputado. Lejos de venirse abajo o plantear un encuentro totalmente defensivo Tahití propuso una visión alegre, tuvo poco el cuero pero cuando lo hizo no mostró complejos y no cayó en la tentación de sostenerse sobre la línea de gol para aguantar el marcador.

España no tenía prisas, no quería destrozar a sus rivales pero tampoco podía mostrarse irrespetuoso y su fútbol fue provocando que el partido acabase cayendo de su lado, los mejores minutos de España en el primer tiempo llegaron con tres goles en menos de diez minutos, superada la media hora Silva hacía el segundo tras recibir ante Roche en posición ventajosa. Torres volvería a marcar y ponía el tercero en el marcador, superó al meta tahitiano con un regate y empujó a placer. El cuarto (y último del primer tiempo) lo firmaba Villa tras aprovechar una fantástica asistencia de Silva. 

Tras la pausa Del Bosque dio entrada a Navas en lugar de Sergio Ramos, el de Los Palacios se colocó en el costado que está habituado a verle cabalagar y no supo contenerse, España tocaba y tocaba sin llegar nunca a forzar la máquina del todo, no era necesario, Navas no era capaz, se movía con la velocidad a la que nos tiene habituados y volvió loco a sus marcadores. Más tarde entrarían al campo Cesc e Iniesta para disputar los últimos minutos. Al igual que en el primer tiempo el primer tanto de España no se hizo esperar, Villa aumentaba su cuenta goleadora con el quinto tanto del encuentro, el quinto también para él en la historia de la competición. Torres subía el sexto al marcador tras el primer cuarto de hora y Villa y Mata anotarían instantes después para dejar la cuenta en ocho. En los instantes finales Torres anotó su cuarto gol y Silva cerró la cuenta ya en las postrimetrías. Diez goles

Calidad humana

Pese a que las estadísticas son una clara muestra de la superioridad de los que ejercieron como locales (ya que estos remataron veintisiete veces por una de los miembros del conjunto pacífico) también nos sirve para ejemplificar la buena actitud del conjunto de Eddy Etaeta, Tahití cometió apenas ocho faltas por catorce de España y ninguna de ellas fue una muestra de desesperación o una patada mal dada, ante todo Tahití demostró que ha venido ha disfrutar de la competición y lo está logrando, en esta ocasión no consiguieron anotar como ante Nigeria pero volvieron a regalar una imagen para el recuerdo al término del encuentro, pasillo e intercambio de camisetas entre ambos conjuntos, Tahití es débil sobre el terreno de juego pero ha desmostrado más humildad y buenas maneras que ningún otro. Tarde o temprano la Copa Confederaciones llegará a a su fin y todos seremos desde entonces seguidores de un conjunto que ha mostrado una calidad humana envidiable

Fotos: Getty Images.

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