Para analizar con certeza la situación, en lo primero en lo que uno se debe fijar es en las declaraciones previas a la semifinal del Mundial de Jordania, de la seleccionadora nacional Toña Is: "Estamos contentas con el resultado hasta ahora, pero miramos a lo más alto, queremos ganar". Esta simple frase define lo que le viene ocurriendo a esta generación en los últimos grandes campeonatos, hace un muy buen torneo, pero se queda a las puertas de ganar, y es que eso es realmente lo importante, del subcampeón no se acuerda nadie.

Esto pasa especialmente en los mundiales, y siempre ante el mismo combinado, Japón, la bestia negra de la Sub-17 femenina por antonomasia. La selección del país del sol naciente les ha alejado del sueño de ser campeonas mundiales en los últimos dos torneos. En 2014 en Costa Rica, una ilusionada España afrontaba su primera final, en frente las niponas, la selección más dominante de la categoría que doblegó a nuestras chicas por 2-0, aquella derrota dolió pero se le buscó un lado positivo ya que se superaba nuestro mejor resultado (en 2010 en Trinidad y Tobago fueron terceras tras caer en semis ante Corea del Sur, posterior campeona mundial), pero en esta ocasión querían la gloria la tenían en la mano, veían el título cerca tras dejar atrás en cuartos a su bestia europea, Alemania, pero de nuevo Japón las despertó del sueño con un contundente 3-0.

Este mundial de Jordania que finaliza el viernes 21 de octubre, consagrará al propio Japón o a Corea del Norte como la mejor selección Sub-17 femenina, ya que ambas tienen un título mundial y la que gane se destacará sobre el resto de selecciones, ya que en los cinco mundiales disputados hasta el momento al menos uno de estos dos colosos del fútbol base femenino ha estado clasificado entre los cuatro primeros.

Por lo que habrá que esperar dos años más para ser campeonas mundiales ya en Sudamérica, concretamente en tierras uruguayas en 2018, y donde se espera que las malas experiencias sirvan para mejorar y no fallar en el próximo, incluso si el mismísimo Japón está enfrente.  

Desolación de las jugadoras españolas tras perder con Japón. / Foto: Getty Images
Desolación de las jugadoras españolas tras perder con Japón. / Foto: Getty Images

Ahora el Mundial se aleja, se vuelve a un torneo que gusta más a las españolas, ya que han sido capaces de ganarlo tres veces, pero que en los últimos tiempos trae consigo más pena que gloria, se habla por supuesto del Campeonato europeo de Naciones de la categoría, es decir, la Eurocopa.

Una Eurocopa que a diferencia del Mundial se disputa todos los años ininterrumpidamente desde 2008, aquí la Sub-17 solo ha faltado a la cita con las cuatro mejores en dos ocasiones (2008 y 2012), y al igual que ocurre en el torneo mundial, hay una bestia negra, Alemania, la más laureada de este torneo con cinco entorchados y vigente campeona. Las germanas han vencido hasta en tres finales a nuestras chicas (2009, 2014 y 2016), esto se junta en su año más nefasto, 2014, derrotadas por Alemania en la final de la Euro y por Japón en la del mundial, y la más dolorosa, la primera final de las Sub-17 en un gran torneo 7-0 en el 2009.

Aunque si uno se fija con detenimiento es precisamente esta generación actual de chicas (2014-2016) la que sufre el gafe, con derrotas en dos finales, Mundial y Eurocopa, y semifinal de mundial. A pesar de ello hay que levantarse porque esto quiere decir que se vienen haciendo muy bien las cosas en el fútbol base femenino, y se vislumbra un brillante futuro. Además todavía queda un encuentro el viernes, por el tercer puesto que seguro que la Selección española Sub-17 femenina luchará por llevarse el partido ante Venezuela, consiguiendo otro bronce más para el palmarés, y así olvidar, un poco al menos, en maleficio español.