El actual presidente de la Federación Española de Futbol ha sido detenido este martes por agentes de la Guardia Civil que están llevando a cabo la Operación Soule. El juez Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional, ha ordenado la detención de Villar y su hijo por presunta corrupción en sus gestiones en las que además se vería involucrada la cúpula de la RFEF. Padre e hijo están siendo investigados por delitos de administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y falsedad documental. Además, también han sido arrestados Juan Padrón, vicepresidente económico de la Federación y presidente de la Federación de Tenerife, y el secretario de la misma.

La Guardia Civil se ha presentado a primera hora de la mañana en la sede de la RFEF en las Rozas y ha pedido a los empleados que abandonasen su puesto dejando los ordenadores abiertos. Según fuentes del organismo, el presidente de la RFEF no se encontraba en esos momentos en el edificio.

Durante todo el día la Guardia Civil tiene previsto realizar diversos registros en las sedes de la RFEF y de la Federación Tinerfeña, además de en otras sucursales empresarias y en los domicilios de los detenidos y además, prevé detenciones.

No es la primera vez que Ángel María Villar se ve involucrado en denuncias similares; a principios del 2016, el Consejo Superior de Deportes denunció al presidente por la supuesta celebración de encuentros amistosos entre la Selección Española de fútbol y otras selecciones nacionales para conseguir contrapresstaciones para la contratación de servicios y otras relaciones comerciales que beneficiarían así a su hijo Gorka Villar, licenciado en derecho deportivo.

Cabe destacar que también se estarían analizando supuestas negociaciones de Villar a otros dirigentes territoriales para garantizarse la presidencia de la RFEF, que mantiene desde hace casi 30 años tras ser reelegido una vez más hace casi dos meses.

En la investigación también se ha podido determinar cómo Juan Padrón se habría excedido presuntamente en su licencia de administración del patrimonio de la Federación, perjudicándola y favoreciendo la contratación de sociedades de las que habría obtenido ingresos personales en forma de contraprestación económica. También habría participado, junto con el secretario general de la Federación Tinerfeña, en una presunta operación de apropiación de fondos de la misma, desviando los ingresos a una sociedad privada y compartida por ambos.