La incómoda situación en la que ambos conjuntos afrontaban el choque se tradujo en nerviosismo dentro del terreno de juego. Las imprecisiones fueron una constante durante los 90 minutos. Es en esos momentos cuando los hombres importantes deben asumir su rol y sacar sus mejores virtudes a relucir. Así lo hizo Iván Rakitic, cuya puntería a balón parado construyó un muro -de dos goles- incapaz de superar por parte de un Rayo que acabó con nueve y, una vez más, goleado.  

Sorprendía Unay Emery con la inclusión en el once del ruso Cheryshev, recién salido de la enfermería. También reapareció el central argentino Nico Pareja, decisión influenciada por las molestias musculares de Fernando Navarro, descarte de última hora.

Por su parte, Paco Jémez, ante la baja de Tito, optó finalmente por retrasar nuevamente a Saúl al eje de la zaga y colocar en su posición habitual a Adrián. Sorprendió la suplencia de Larrivey, en beneficio de Lass. El otro variante en defensa fue la posición de Mojica, que actuó brillantemente de lateral zurdo desplazando a Arbilla al carril opuesto. Empezó presionando arriba el Sevilla, aunque no por ello quedó libre de sustos, ya que fueron los visitantes los que primero incomodaron la meta de Beto mediante una peligrosa contra desbaratada por la zaga nervionense y un disparo cruzado de Adrián que se marchó desviado. Respondería con doble ocasión el Sevilla en el minuto 9, a mediación de Jairo, quien cazó una mala entrega de la defensa rayista al borde del área y probó a Rubén con un disparo al primer palo, desechando la opción del centro. El portero repelió el balón y lo aprovechó Rakitic, cuyo disparo se marchó alto.

Rakitic saca el bisturí

Al borde del cuarto de hora se produjeron dos noticias, una mala y otra buena. Primero la lesión de Cheryshev, cuyo debut solo duró 14 minutos, y un minuto más tarde; el gol de Rakitic. Desde los once metros tras un absurdo derribo de Arbilla sobre Coke.

Tras el tanto, el Sevilla se tranquilizó demasiado y fue disminuyendo la intensidad, algo que aprovecharon los de Jémez para adueñarse del balón, una vez más, y de esa forma voltear la situación. Los intentos fueron a través de disparos lejanos. Primero Bueno y posteriormente Mojica. En ambas ocasiones atrapó sin complicaciones Beto.  Entre medio hubo un penalti reclamado por parte rayista.

Dichas acciones hicieron despertar cierta inquietud en la grada del Sánchez Pizjuán, lo que hizo reaccionar a los de Emery con dos nuevas oportunidades de gol.  En el 29’ Gameiro se anticipó a Rubén tras un balón largo y envió su chut por las nubes. Posteriormente fue Coke quien remató alto una falta lateral botada por Rakitic.

Tras el descanso, el partido cobró emoción gracias a numerosos hechos que influyeron notablemente en el resultado final del choque. Con tan solo siete minutos en juego del segundo tiempo, Iván Rakitic clavaría en la red una falta cercana al borde del área. El croata anotó su segundo tanto del partido, tercero en esta liga, ante un impotente Rubén.

Doble golpe para el Rayo

Dos minutos más tarde, Adrián echó por tierra la tranquilidad sevillista al desviar en plancha un centro chut de Viera. Tampoco pudo hacer nada Beto. El ex del Racing y Getafe se destapó como rematador en el Sánchez Pizjuán. 

El 2-1 afectó al equipo local, que vio como el enemigo se armaba de moral para buscar el empate. La tuvo Adrián, en fuera de juego, tras un buen centro desde la derecha,  pero se adelantó y el disparo, mordido, se marchó desviado. Pero cuanto más cerca lo tenía la escuadra franjirroja, Mateu Lahoz le mostró la segunda amarilla a Gálvez. El partido volvía a ponérsele cuesta abajo a los de Emery. 

La expulsión infló de moral a un Sevilla renovado con las incursiones de Bacca y Rabello al terreno de juego (en detrimento de Jairo y Marin). La tuvo Gameiro para sentenciar en el 71’, pero su disparo tocó en Rubén y posteriormente fue salvado bajo palos por Saúl. Tres minutos más tarde lo intentaba el camerunés Mbia, la jugada acabó en córner.

Bacca mató el partido con un oportuno doblete

Lo seguía intentando el equipo de Nervión, en esta ocasión una prolongación de Bacca tras un saque de esquina fue desviada por Arbilla, cuando esperaban Gameiro y Cala para empujar el cuero.

No sería hasta el minuto 80 cuando al fin logró sentenciar el partido el Sevilla. Lo haría Bacca por partida doble. El 3-1 se produjo tras un gran robo de Mbia, desde el suelo. El centrocampista soltó la pelota para Gameiro y este le serviría el gol en bandeja al colombiano.  

Siete minutos después, y con Viera expulsado tras soltarle una patada por detrás a Mbia -fruto de la impotencia-, Carlos Bacca firmaría, con una tijereta, su particular doblete aprovechando un rechace del larguero. 

Al final, tres puntos que permiten respirar a un Sevilla que mucho tiene que agradecer a la puntería y al gran estado de forma de su capitán, Iván Rakitic. El doblete del croata puso cuesta arriba el partido a un Rayo que pese a dejar buenas sensaciones fue incapaz de frenar las internadas rivales, dejando en evidencia las carencias defensivas del equipo. 

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Foto: El Correo.

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Sobre el autor
José Antonio Vega
Creo en el Periodismo plural e independiente. [email protected]