La temporada del centenario del Sevilla Fútbol Club empezó mal. Tras cinco temporadas bajo la dirección de Joaquín Caparrós, el conjunto rojiblanco emprendía un proyecto ambicioso que sería guiado por Juande Ramos en el banquillo y se completaría con la llegada de jugadores como Palop, Saviola, Kanoute, Maresca o Luis Fabiano. La entidad nervionense aspiraba a cotas mayores que una clasificación europea y un triunfo frente al eterno rival. Sin embargo, seis jornadas después del comienzo de la Liga, el Sevilla ocupaba la 15º posición con un pobre balance de dos derrotas, tres empates y una sola victoria y la afición comenzaba a discutir la estrategia seguida desde el club. Entretanto, a finales de septiembre, el cuadro hispalense había certificado su pase a la fase de grupos de la UEFA al eliminar al Mainz 05, tras un empate a cero en Nervión y un doblete de Kanoute en tierras germanas. El Sevilla accedía así, por segundo año consecutivo, a la fase de grupos del torneo continental. El camino hacia la gloria en el primer siglo desde la fundación sevillista no llegaría a través de la Liga, sino de la UEFA.

Fase de grupos

Encuadrados en el grupo H, los andaluces compartieron liguilla con Besiktas, Bolton, Vitoria de Guimaraes y Zenit de San Petersburgo. Esta ronda de la competición seguía el particular formato de enfrentarse todos contra todos, pero solo una vez, es decir, cada equipo disputaba dos partidos como local y dos como visitante.  Cuatro partidos en total cada equipo.

El comienzo sevillista no pudo ser más alentador. El Besiktas, todo un campeón de la Liga turca, visitaba el Sánchez-Pizjuán, pero nuevamente los goles de Kanoute, por partida doble, y Saviola, fueron decisivos para lograr la victoria y, por ende, los primeros tres puntos. La siguiente jornada tocaba bailar con la más fea, el Zenit y, además, en Rusia. El que un año después se uniría a las filas sevillistas, Aleksandr Kerzhakov, anotó un doblete en un partido marcado por las altas temperaturas y por el mal estado del verde del Stadion Petrovskiy.

Adriano celebra el gol del empate ante el Bolton | goal.com
Adriano celebra el gol del empate ante el Bolton | goal.com

Tras una jornada de descanso, los pupilos de Juande Ramos llegaban a la penúltima jornada con la necesidad de vencer al cuadro luso. Los de Guimaraes no pusieron resistencia y Saviola con un doblete, uno de ellos de bellísima factura, y Adriano firmaron los goles de una cómoda victoria por 3-1. El pase a los dieciseisavos estaba prácticamente asegurado, pero faltaba la guinda de la primera posición de grupo, que se consiguió al empatar en la última jornada frente al Bolton inglés.

El Lokomotiv no opuso resistencia

El primer escollo en las fases del K.O. fue el Lokomotiv de Moscú. El conjunto hispalense solventó la eliminatoria con relativa solvencia. Haciendo gala de una solidez defensiva que, con el paso de las jornadas, fue consolidando y del acierto de cara a portería en los momentos claves, el Sevilla avanzó a octavos al vencer en los dos partidos al equipo moscovita. En la ida, en la capital rusa, un solitario gol del centrocampista catalán Jordi López en los últimos compases del choque dejó la eliminatoria de cara para que los rojiblancos la sentenciasen en Nervión. Fue en la vuelta cuando aparecería por primera vez el héroe, el verdadero protagonista de esta UEFA. Cuando el luminoso señalaba el 1-0 para los locales, merced al tanto del italiano Maresca, Antonio Puerta se encargó de sentenciar la eliminatoria anotando el segundo tanto, catapultando de esta manera a su Sevilla a los octavos de final, donde esperaba el Lille.

Primera hazaña en Nervión

El subcampeón de la Ligue 1,el LOSC Lille de Bodmer, Makoun, Yohan Cabaye, Kader Keita y Mirallas, recibía a un Sevilla que cada vez soñaba con más fuerza en hacer algo grande en esta competición, pero el encuentro en Francia fue un duro golpe de realidad. El Lille, veloz a la contra, ordenado y con jugadores de mucha calidad comenzó apretando a los de Juande Ramos desde el inicio. A la media hora de partido llegaría la jugada desafortunada de la noche. Geoffrey Dernis sacó un córner desde la derecha y cuando Notario se adelantaba para atajar el balón en el primer palo, erró en su salida y el esférico acabó en la portería. 1-0. El tanto espoleó a los franceses, que sin embargo, no pudieron ampliar la ventaja y la eliminatoria se decidiría en el Sánchez-Pizjuán.

Luis Fabiano celebra uno de los goles | Eurosport
Luis Fabiano celebra uno de los goles | Eurosport

En Nervión, el encuentro se convirtió en una pesadilla para el conjunto galo. El Sevilla fue un vendaval durante los 90 minutos y cuando el árbitro decretó el término de los primeros 45 minutos, el Sevilla ya había volteado la eliminatoria. Kanoute a la media hora de juego y Luis Fabiano al filo del descanso, hicieron los goles rojiblancos en un partido brillante. El dominio se trasladó a la segunda parte, pero el marcador ya no se movería más. Por primera vez en su historia, el Sevilla llegaba a cuartos de final de la Copa de la UEFA.

El Zenit se vuelve a cruzar en el camino

Después de enfrentarse en la fase de grupos de la UEFA 2004-2005 y en la de 2005-2006, el conjunto ruso volvía a interponerse en el camino sevillista. Sin embargo, a diferencia de las dos veces anteriores donde el Sevilla cayó en sus duelos frente a los rusos, los pupilos de Juande Ramos se apuntaron la venganza. La ida en el Sánchez-Pizjuán fue suficiente para que los locales dejaran la eliminatoria sentenciada. Sin embargo, no sería fácil. Al cuarto de hora de juego Saviola adelantó a los suyos, pero antes del descanso, de nuevo Kerzhakov, igualaría el choque.

El conjunto hispalense salió de los vestuarios con el modo destructor encendido y a los diez minutos, Martí desde el punto fatídico, volvía a poner la ventaja en el marcador para los andaluces. Saviola y Adriano en los minutos finales ampliarían la diferencia en el marcador. A pesar del 4-1, nadie se fiaba del resultado, pero en un gran encuentro en San Petersburgo, el Sevilla selló su billete hacia las semifinales.

Antonio Puerta, minuto 100

El Sevilla afrontaba su primera semifinal europea con la ilusión de un niño con un juguete nuevo el día de Reyes. La temporada del centenario sería recordada para siempre, pero quedaba rubricarla con un título que rompiese la sequía de décadas sin campeonar. La empresa no iba a ser sencilla, pues enfrente estaba el Schalke 04, un histórico de la Bundesliga que en sus filas contaba con jugadores de talla mundial.

Para la historia quedarán las lágrimas de Del Nido en el autobús que llevaba a los jugadores al estadio, mientras avanzaba por la multitud de seguidores sevillistas. Para la historia quedará el saque de Palop de portería que golpeó el marcador del techo del moderno Veltins Arena. Para la historia quedará el duelo de David Castedo con el rápido Asamoah. Para la historia quedarán las paradas de Palop, la lesión de Kanoute, las ocasiones de Navas, la solidez de Javi Navarro,… Pero lo que realmente se recordará es la vuelta el jueves de feria de 2006.

Tifo de Biris Norte en la previa del partido | AFP
Tifo de Biris Norte en la previa del partido | AFP

El 27 de abril de 2006 el Sevilla entró en la historia europea por la puerta grande. No cabía un alfiler en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Todo estaba preparado para que el Sevilla lograse el pase a la final de Eindhoven, pero la victoria se haría de esperar. Palop, David, Escude, Aitor Ocio, Alves, Martí, Maresca, Jesus Navas, Adriano, Saviola y Luis Fabiano saltaron al terreno de juego a por todas. Desde el primer momento se notaba lo que había en juego. La veteranía de los alemanes se fue imponiendo con el paso de los minutos, pero las ocasiones más peligrosas seguían teniendo la firma del cuadro hispalense. Con cero a cero en el marcador el partido se marchaba a la prórroga. Cara o cruz.

El héroe del partido aparecería cuando ya se habían disputado 100 minutos de partido. Una combinación en la derecha entre Navas y Dani Alves acabó con el centro del canterano sevillista al área donde Antonio Puerta esperaba para enganchar un zurdazo que hizo venirse abajo el coliseo de Nervión. Los hispalenses se adelantaban en el partido, la final estaba cerca. El resto del partido fue un acto de fe de los sevillistas, que alcanzaron la gloria con mucho sufrimiento. Eindhoven sí o sí lucía un luminoso cartel en Nervión. El Sevilla jugaría la final de la UEFA.