No era en absoluto simple la tarea ante el Mainz 05 y menos para un equipo como el Sevilla que se encuentra en una etapa de adaptación a su nuevo entrenador. Poco a poco, la idea de juego y los conceptos tácticos de Sampaoli se van asentando en el once sevillista, pero este desafío era sin dudas una prueba mucho más compleja que las recientes ante River Plate e Independiente de Santa Fé en los Estados Unidos.

El Sevilla FC salió al campo de juego en Alemania con los siguientes jugadores: Sergio Rico; Coke, Carriço, Kolodziejczak, Sergio Escudero; Matías Kranevitter, Steven N'Zonzi, Vicente Iborra; Joaquín Correa, Kevin Gameiro y Yevhen Konoplyanka. Sampaoli optó por su tradicional 4-3-3 (que se convirtió en un 4-2-3-1 durante varios tramos del encuentro) para afrontar este partido, dejando entrever que variará de sistema según lo que proponga el rival, algo que ha hecho siempre a lo largo de su carrera como entrenador.

Posesión sin peligro

Durante la primera mitad, el Sevilla se hizo del balón sin dificultades pero no logró ser demasiado profundo ni preciso de tres cuartos de campo en adelante. El doble pivote - con la ayuda de Iborra- funcionó muy bien ante un rival abocado a presionar hasta el mediocampo y a salir de contragolpe cuando los espacios surgiesen. 

En ese sentido, se puede decir que la labor defensiva del cuadro andaluz no fue del todo satisfactoria. El retroceso volvió a ser muy complicado, quedando en claro que la voracidad ofensiva debe ser compensada con un buen módulo a la hora de cubrir espacios en velocidad.

Pero más allá de estos desajustes, lo cierto es que el Sevilla presionó muy bien en el centro del campo, recuperando el esférico con velocidad y encontrando en Konoplyanka una salida más que convincente por la banda. Kevin Gameiro se mostró activo aunque demasiado irregular en cuanto a sus intervenciones, generando riesgo en dos ocasiones: primero ante un envío de Konoplyanka que no pudo empujar de cara a portería y segundo con un gran desmarque individual que finalizó con un remate fallido de Iborra, previo pase de Correa tras recibir del delantero francés. 

Jairo Samperio, ex sevillista, complicó a sobremanera a una defensa confundida y si no marcó un gol fue debido a su impericia a la hora de definir varias jugadas de mucho peligro.

 Un mudo para destrabar la contienda

Para la segunda mitad, el panorama cambió radicalmente con el ingreso de Franco Vázquez en lugar de Joaquín Correa. El ex Palermo de Italia se retrasó unos metros para juntarse con Kranevitter y así el balón comenzó a correr con mayor fluidez desde los pies del ex jugador de River Plate

Esto le permitió a Gameiro sentirse mucho más cómodo y contar con tres ocasiones netas de gol que fueron repelidas por el palo, por el portero Lossl y por una mínima imprecisión propia. Cuando parecía que el balón no iba a ingresar nunca más en portería, Sergio Escudero tomó un rebote de cara a los tres palos y con una volea digna de aplauso puso el 1-0 tranquilizador.

La última media hora perteneció a un Sevilla arrollador que no logró ampliar la diferencia pero que exhibió varios trazos de lo que Jorge Sampaoli desea ver en el campo de juego. El próximo sábado, el cuadro de El Nervión cierra este tramo de la pretemporada en Alemania enfrentando al St. Pauli, choque donde posiblemente se vea en el once inicial a varios jugadores que suelen integrar el banquillo.