Siempre da rabia ver cómo se escapa una victoria en el último suspiro de un encuentro. No lo escondía Diego Martínez en la sala de prensa del Ramón Sánchez Pizjuán al término del choque que enfrentaba a los suyos ante el Girona FC en el debut en Segunda División de los franjirrojos. Rubén Alcaraz ponía el empate en el descuento después de que el filial llegase a estar tres goles por encima de su rival, por lo que dos puntos terminan por volar de la capital andaluza. “Más allá del final, la puesta de largo ha sido magnífica. Estoy orgulloso por la imagen porque veníamos con adversidades. Hemos hecho un gran partido atrás, con personalidad y con un magnífico inicio de la segunda parte. Al final hemos llegado justos por el calor y porque las piernas no iban. Ha sido duro pero esta es la Segunda División, aquí hay muchos equipos buenos y seguro que vamos a aprender de este partido. Me quedo con haber tenido contra las cuerdas a un Girona que ha estado a punto de subir a Primera”.

Sobre los motivos del bajón del equipo en la recta final, el preparador vigués reconocía que a sus chicos se les hizo largo el partido. "Ellos han estado acertados y nosotros hemos tenido algunos desajustes. Nos han podido las ganas de ganar, queríamos que se acabase el partido y no elegimos bien en algunas ocasiones, pero no sería justo achacarlo todo a la inexperiencia. Hemos hecho méritos para ganar el partido, y creo que los aficionados pueden sentirse orgullosos".

"Seguro que el fútbol nos va a devolver lo que ha ocurrido hoy"

Por si fuera poco, el equipo ha contado con bajas y problemas importantes que también pueden haber supuesto un lastre. "Diego González no ha podido jugar, puesto que ayer jugó con el primer equipo, Bouttouba no ha jugado por problemas burocráticos y además, el viernes Carlos Fernández sufrió un golpe en la espalda que le ha dificultado el poder acabar el partido. A pesar  de eso, hemos plantado cara y hemos plasmado nuestra personalidad. Ahora hay que ir recuperando gente y configurándonos como equipo".

En cualquier caso, Martínez no dejaba de ser optimista y de sacar la cara por los suyos: "Los 80 equipos de Segunda B y todos los filiales de España se cambiarían por nosotros. El punto sabe a derrota pero tenemos humildad y capacidad para sacar lo positivo. Hay que quedarse con todo el partido, no solo con los últimos minutos".