El defensa central del Sevilla, Ramí, pasó ayer por el programa de SFC TV "A Balón Parado" y se centró en lo que vendrá en el 2017 ya que dijo: “Tenemos que creer. Estamos muy cerca del Barça y a siete del Madrid, estamos vivos en Champions, podemos hacer daño. Es verdad que no puedo decir que vamos a ganar Laliga, pero sí es cierto que tenemos el reto de hacer cosas importantes esta temporada. Tenemos el reto de llegar a cuartos, jugaremos con mucho respeto al rival, pero tenemos la posibilidad de llegar y vamos a intentar dar la sorpresa en Champions. Sevilla tiene una magia especial y eso juega a nuestro favor”.

Por ello, argumentó: “El partido ante el Leicester es muy muy difícil, jugamos la vuelta allí, pero si pasamos, ya no hay pequeño o grande. Podemos enfrentarnos al mejor equipo del mundo, pero en Champions hay magia y en el Sánchez-Pizjuán, también. Me gustaría mucho estar en la semifinal de Champions, puede parecer una locura, pero es un sueño, queremos pelear con los grandes hasta el final”.

La gesta de equipos menores que han ganado trofeos es amplia y por ella Adil Ramí recordó: “Nada es imposible, cuando recuerdo al Lille, veo que todo puede ser, entonces no éramos los mejores del mundo, pero pudimos hacer doblete, Liga y Copa. Al igual que ahora, no somos el mejor equipo del mundo, pero tenemos armas para hacer daño".

Habló también de cómo se produjo su incorporación al club sevillista y así lo anunció: “Cuando estaba de vacaciones en Dubai, estaba pensando en marcharme de Milán, es muy importante para mí la relación con el entrenador, tiene que haber afecto y cariño. Me llamó Unai Emery pensaba que era una broma de la radio y le colgué, después mi hermana me dijo que era verdad y le llamé yo a él. Me dijo que me viniera al Sevilla, que iba a jugar, que iba a marcar goles. Es increíble, pero me dijo que iba a ganar títulos y que volvería a la selección. Mi madre me dijo que quería que volviera con él”.

Este verano tuvo una oferta muy seria para salir como él mismo reconoció: "Me llamó el PSG, fue el club, no Unai, fue cinco horas antes de cerrar el mercado. Como siempre, llamé a mi madre, yo pensé en Monchi, mis compañeros, mi equipo, estoy contento, estoy jugando ¿por qué irme de aquí?  Unai me dijo en su momento que Sevilla era para mí, que la gente me iba a querer porque le gusta la gente que pelea y así lo siento, ¿por qué moverme? No escuché la oferta, no soy sevillano, pero me siento querido, el entrenador me da mucha confianza, los compañeros me quieren, ¿para qué moverme? Estoy muy bien aquí.  me siento aquí muy feliz. Y quiero reiterar que no fue Unai, porque Unai me hubiera llamado a mí directamente”.

El conjunto de la entidad y afición hicieron posible que Ramí continuara aquí como él mismo indicó: "Todos son muy buena gente, tenemos una buena plantilla y hay que hablar de los capitanes Carriço e Iborra, son gente que si no juegan, también te ayudan mucho en el vestuario. Iborra hace mucho por el grupo, es justo decirlo. El estadio no es enorme, pero estoy muy orgulloso de los sevillistas, de ver que todo el mundo se pone de pie a cantar el Himno, hace que cada partido se me pone el vello de punta”.

Para Ramí es muy especial su madre de la que comentó lo siguiente: “Al principio me preguntaba qué tal me iba. Yo le dije es algo especial, no te lo puedo explicar, tienes que venir. Vino a la ciudad, vio el partido con el Real Madrid, y me dijo, quédate aquí siempre”.