No hubo milagro, aunque el partido no fue ni mucho menos un paseo para el Real Madrid. El conjunto blanco reaccionó al intento de proeza de un Sevilla combativo que nunca pareció estar lejos de meterse en la eliminatoria. Un gol tempranero de Danilo en propia puerta, cuando aún no se llegaba a los 10 minutos, sirvió para que la grada de Nervión entrara en ebullición y empezara a creer. El Sevilla llegó a la portería de Casilla en numerosas ocasiones mientras que los blancos amenzaban al contragolpe, sin que ninguno de los dos volviera a encontrar puntería antes del paso por vestuarios.

Tras el descanso, los últimos 45 minutos de una eliminatoria que se quedó sentenciada de forma bastante rápida, aunque no lo pareciese. Asensio, él solito, se fabricó un gol al contragolpe y puso al Real Madrid en cuartos de final de la Copa del Rey, haciendo valer aún más el 3-0 cosechado en el Santiago Bernabéu. El público seguía quejándose incisivamente de los colegiados, recordando aún el partido de ida y las acciones polémicas que hicieron que los de Zidane cosecharan aún una ventaja mayor. Aún así, el Sevilla se volvió a reenganchar al partido con los goles de Iborra y Jovetic, que tuvo un debut casi soñado. Pero lo peor para los hispalenses estaba por llegar.

Otra acción polémica y otro penalti para el Real Madrid. Los jugadores sevillistas protestaban, Asensio esbozaba una sonrisa. Y mientras, Sergrio Ramos recorría el campo para lanzar la pena máxima. Lo tiró a lo panenka, se encaró con el público, especialmente con los Biris, les enseñó su nombre en numerosas ocasiones e hizo estallar a toda la grada, que se acordó de gran parte de su familia en lo que restaba de partido. Porque la eliminatoria estaba ya sentenciada mientras las miradas se centraban en el camero, que seguía mandando miradas desafiantes a la grada. Al Real Madrid, a la postre, le dio tiempo a mantener viva su racha de 40 partidos sin perder gracias a un gol de Benzema en la última jugada.

Sevilla 3-3 Real Madrid (Copa)