Contundente y justa victoria de un Atlético con las ideas más claras y más acierto en los metros finales, ante un Sevilla en crisis de resultados y juego. El equipo de Simeone se acerca al tercer puesto y acaba el partido con sensaciones muy contrapuestas al cuadro andaluz.

Jorge Sampaoli volvió a los orígenes para la lucha por el tercer puesto. Su ejército que debía mantenerlo tuvo, de nuevo, la presencia de dos carrileros, aunque fueron inefectivos. Simeone, por su parte, alineó a su eléctrica pólvora con Carrasco, Griezmann y Gameiro, que se enfrentaba a su ex – equipo. La apuesta ofensiva del técnico visitante empezó siendo un harakiri, puesto que Filipe Luis y Carrasco se llevaron por delante a Escudero y Mariano.

El Atleti aprovecha la impotencia del Sevilla

Los intentos de dominio a través de la posesión del Sevilla eran ingenuos, pues cualquier perdida era buena para que los de Simeone salieran galopando al contragolpe. Gameiro avisó con una sutil vaselina que picó en la madera después de que Rico la desviara levemente. El partido se convirtió en un correcalles sin control alguno, lleno de imprecisiones. Ese factor favoreció sin duda a los colchoneros, más fuertes en lo físico pese a jugar un días más tarde y en lo mental. Una (inexistente) falta a favor del equipo local que cabecearía Godín a la red, atestando el primer duro golpe de la batalla. El uruguayo remató sin cobertura, escapándose de un atónito Mercado que volvió a fallar en la marca, como ya ocurriera con Morgan el martes. La estrategia de Simeone resurgía y recobraba la importancia vital de temporadas atrás. Así se llegaba a la tregua, con la sensación de que el cuadro local fue quien se ajustó mejor al devenir del choque y gracias a su capacidad de adaptación se marchaba vencedor.

Incapaz de cambiar nada

Jovetic sería el soldado de recambio del Sevilla, pasando de los tres centrales a acumular más gente arriba para lograr la igualada. Algunas sensaciones positivas dejó el Sevilla tras la reanudación encadenando algunas jugadas de toque, pero una bomba de Griezmann acabó con cualquier atisbo de esperanza. El tiro del francés superó la muralla sevillista, pegó en la madera y entró, haciendo inútil la buena estirada de Rico. Después de ese gol, se desinfló el Sevilla y vino un vendaval rojiblanco que se culminó con el tercero. Otro contra ataque tras otro resbalón de un jugador hispalense, propició el tanto de Koke que aprovechó un rechace de un Rico absolutamente vendido. Al Sevilla se le escapó cualquier opción a la Liga, el goal average y el tercer puesto se le apretó.

El Atlético se vino arriba y buscó el cuarto que evitó Rico en varias ocasiones, que fue de lejos, el mejor jugador del Sevilla. En una jugada aislada y muy buena de Correa llegó el gol del cuadro andaluz que le añadió algo de emoción porque con un tanto más el equipo visitante se hubiera llevado el goal – average. El argentino cambió de ritmo y definió cruzado ante Oblak logrando así su segundo gol en Liga esta temporada. Agonizó el partido con un Sevilla, de nuevo impreciso, con más voluntad que fútbol y con fantasmas llenos de dudas sobrevolando el césped del Calderón y las mentes sevillistas. El equipo andaluz tendrá ahora tiempo de descanso para recuperarse de los últimos (pésimos) partidos que han supuesto la eliminación de Champions, el adiós a la utopía de la Liga y el desperdicio de los 9 puntos de ventaja que llegó a acumular de ventaja sobre el equipo que esta tarde fue su verdugo.